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VILLARRICA (Pablo Gastón Ortiz, corresponsal).El tribunal sostuvo que el acusado asesinó, ocultó el cuerpo de la víctima y trató de quedar impune al hacerse pasar por la joven y enviar mensajes de texto vía celular a los familiares y amigos de ella.
Los cruces de llamadas y la desgrabación de mensajes de texto revelan que Teresa y Saúl mantuvieron contacto el día de la desaparición. El tribunal de sentencia considera que se encontraron y el hombre asesinó a la joven, según sostuvo el Ministerio Público en su acusación.
Para los jueces no existen dudas de que el cráneo encontrado a 3 kilómetros de una propiedad de la familia de Duarte Villalba corresponde a Teresa Lichi. Los peritos así lo confirmaron en el juicio y a partir de los restos óseos se determinó que la causa de muerte fue un golpe en la cabeza.
También se estableció que Saúl Duarte se hizo pasar por la víctima varios días después de su desaparición, enviando mensajes de texto a amigos y familiares de Teresa en donde les decía que ella se fue a trabajar a Asunción.
Igualmente, varios testigos declararon que Duarte Villalba golpeó a Teresa Lichi en el rostro. Contaron que el hombre era posesivo, celoso y agresivo.
De igual forma, se encontraron manchas en dos automóviles propiedad del acusado y los fiscales acusadores sostienen que se trata de marcas de sangre, pero recalcaron que los vehículos fueron limpiados. Las pericias confirmaron que era sangre una de ellas, específicamente la que aparecía en la punta de una cuerda encontrada en la cajuela de uno de los autos. Pero debido a las condiciones de la muestra, los análisis de ADN no determinaron ni descartaron que la sangre fuera de Teresa.
Fallo unánime
La sentencia, de 67 páginas, se leyó de forma íntegra y no solamente la parte resolutiva como normalmente se realiza tras la finalización de un juicio oral y público. La lectura duró unas cuatro horas.
El tribunal de sentencia estuvo presidido por Paternio Vera e integrado por los jueces José Benítez y Nancy Roa. El fallo se resolvió en forma unánime y el juicio oral duró casi dos meses.
El 17 de abril del 2012 Teresa Edith Lichi Riveros salió de su casa ubicada en Coronel Martínez con dirección a Villarrica, donde estudiaba kinesiología. Desde un principio sus familiares sospecharon del abogado Duarte Villalba, con quien la estudiante mantenía una relación sentimental.
Tres meses después de su desaparición se encuentra en una propiedad rural de la localidad de Ñumí un cráneo humano que corresponde a la joven desaparecida, según concluyeron varios estudios antropológicos y odontológicos.