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En esa fecha el establecimiento tenía 77 presos, y la capacidad es solo para 45 internos. El principal motivo de la clausura es el hacinamiento.
El director del penal, Vicente Ricardo Núñez, informó ayer que al momento de tener conocimiento de tal resolución existía una acuciante cantidad de presos, y que luego de un mes, bajó a 66 el número de internos.
La resolución N° 160, que dispuso el cierre del penal para evitar el ingreso de nuevos internos, también hace alusión a lo ocurrido el 27 de enero, cuando se produjo un amotinamiento y posterior fuga de adolescentes, quienes quemaron colchones y cuyo resultado fue el incendio de pabellones de la institución.
Núñez había reportado a la superioridad ministerial que “la ausencia de camas influye negativamente en el aprovechamiento de los espacios dentro de los pabellones. Los adolescentes duermen en el piso sobre sus colchones, por lo cual, el espacio se ve afectado, la capacidad de movilización interna dentro de los pabellones se ha reducido considerablemente”.
El informe, al cual accedió la ministra Abed, refiere también que el hacinamiento y la incomodidad para los internos otorgan una mínima privacidad.