Cinco años de cárcel para acusado por crimen de Sady

Un tribunal de sentencia condenó ayer a Juan Miguel Cuenca Garcete a cinco años de cárcel por homicidio culposo y omisión de auxilio de la joven Sady Medina, cuyo cuerpo fue encontrado el 10 de junio de 2011 en la vía pública, en el distrito de Yrybucuá, San Pedro.

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SAN PEDRO DE YCUAMANDYYÚ (Omar Acosta, corresponsal). El tribunal estuvo presidido por Tito Gauto e integrado por los jueces Alejandro Fiandro y Wilfrido Ovelar.

El Ministerio Público, representado por los fiscales Marcelo Pecci y Sara Torres, junto a la querella acusó a Cuenca Garcete, y solicitaron 15 y 20 años de prisión, respectivamente. Calificaron el hecho como homicidio doloso. Sin embargo, los jueces entendieron que fue culposo y aplicaron una pena baja.

En tanto, la defensa criticó la supuesta falta de objetividad de los agentes del Ministerio Público durante el alegato final.

El tribunal que condenó a Cuenca Garcete a 5 años de cárcel relató que la víctima abordó el rodado del acusado, salieron de paseo e ingirieron whisky desde las 20 horas aproximadamente, aunque el hecho ocurrió cerca de las 4 de la madrugada. El cuerpo fue encontrado alrededor de las 07:00.

Los jueces dijeron que la víctima se sentó en la ventanilla del automóvil del cual cayó y quedó bajo el rodado.

Es por eso que calificaron el hecho como accidente, ya que ambos estaban alcoholizados. Luego, Cuenca abandonó a la víctima, que quedó con vida y agonizando, por lo que le atribuyeron el delito de omisión de auxilio.

Cabe destacar, que tras el suceso el condenado se había dado a la fuga por casi 6 meses.

El ahora sentenciado es hijo de conocidos políticos liberales del distrito de Capiibary, de donde también es oriunda la víctima.

Familiares del condenado se mostraron satisfechos por la calificación y condena, en tanto que los parientes de la víctima anunciaron que apelarán la decisión y gritaron corruptos y vendidos a los magistrados.

Incluso se llegaron a escuchar gritos de que no existía justicia, por lo que solo quedaba hacer justicia por manos propias.

El juicio se hizo con fuerte custodia de la Policía.

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