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Según el documento, los narcos mexicanos ya enviaron a esta región a elementos de su organización encargados de descubrir las posibles zonas, iniciar las negociaciones con los traficantes locales y trazar rutas de envío seguras.
Los criminales usualmente se presentan como ganaderos, agricultores o mineros.
Conforme a los datos obtenidos, el negocio más rentable para los carteles mexicanos es el tráfico de metanfetamina hacia los Estados Unidos, aunque este rubro tropezó con un serio inconveniente, ya que tuvieron problemas para conseguir la efedrina, que es el principal componente de esta droga, a partir de los controles estrictos en el Centro y Norte del continente.
A raíz de esta situación, desde hace varios años estas organizaciones mexicanas comenzaron a importar el estupefaciente desde Sudamérica, donde cayeron algunos peces gordos como Leobardo Gaxiola y Jorge Almanza Guzmán, condenados a 12 años de prisión en Paraguay, así como Jesús Martínez Espinoza, alias el “Rey de la efedrina”, quien fue extraditado desde nuestro país a la Argentina.
Pese a estas bajas, los carteles mexicanos asumen que Paraguay sería uno de los puntos más seguros para producir y enviar los precursores, debido a los escasos controles, la corrupción en las entidades antidrogas y el suelo fértil, principalmente entre los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay.
Con estos elementos en consideración fue que el cartel de Sinaloa y el RTG querrían asentarse en Paraguay, para lo cual estarían interesados en comprar grandes cantidades de tierra en el Norte y, especialmente, en las zonas liberadas que dominan los integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo, siempre según lo que pudieron saber los investigadores nacionales.
Estos se basan en revelaciones hechas a sus pares mexicanos y norteamericanos por un tal “Michael de Nueva York”, quien es un seudoempresario minero, socio y encargado del lavado del dinero de los grupos mexicanos, que cayó hace unas semanas en Miami.