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Aunque la magistrada le dio la libertad por dicho episodio a la integrante del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), la misma no saldrá de la cárcel ya que tiene otra condena vigente de 18 años, por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, ocurrido entre noviembre de 2001 y enero de 2002. El caso se inició el 11 de junio de 2007, cuando la celadora del Buen Pastor, Blanca Torales, fue tomada de rehén por Carmen Villalba.
La reclusa amenazó con un cuchillo a la funcionaria penitenciaria y le puso el arma blanca en el cuello. La líder del EPP exigió que le entreguen unas hojas en las que sus hijos le habían hecho algunos dibujos y que previamente fueron incautados.
Por este caso, se inició un proceso en el que la fiscala Sandra Quiñónez intervino y solicitó la pena máxima para este tipo de hecho, de 12 años de encierro, que a su vez prevé la ley para los casos de toma de rehenes.
Por su parte, las defensoras Daisy Irala y Mirian Villalba, al decretarse la reprochabilidad de su cliente, solicitaron la aplicación de una sentencia de cuatro años de prisión.
Las abogadas realizaron una exposición ideológica como medio de defensa, antes que jurídica, lo que fue advertido por el tribunal colegiado.
El tribunal de sentencia estuvo integrado por los jueces Manuel Aguirre, Rosarito Montanía y Lourdes Peña. Por unanimidad, sostuvo que Villalba actuó motivada por una “excitación emotiva”, porque los guardias no le permitieron acceder a los dibujos de sus hijos.