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Pero cuando salían del lugar, cuenta la mujer, aparecieron al menos 10 policías de Interpol, que lo llevaron detenido a su base, donde Pérez Corradi “solucionó” el problema.
En el audio admite que “100.000 dólares nomás le quitaron. Ni siquiera fue él el que pagó, fue su jefe encima. El tipo vino, me dio la plata a mí, y yo le entregué a esa gente 100.000 dólares. 150.000 dólares luego me dijeron, pero yo no tenía eso. Yo me quedé con 10.000 dólares en casa”.
¿Quién era ese “jefe” que pagó por Pérez Corradi? Podrían ser el chino o los árabes, o ambos. Eso, solamente María Gladys Delgado Brítez lo sabe y tendría que contarlo a las autoridades, obviamente, si estas se interesan en desmantelar la mafia.
Lo más increíble de la primera detención de Pérez Corradi, hace más de un año, no es solo que pagó 100.000 dólares por su libertad, sino que en esa oportunidad los policías de Interpol, de paso, le ofrecieron documentos paraguayos para que se moviera tranquilamente por el país.
“No sé qué pasó todo ahí, empezaron a discutir, entraron a una pieza y después salió mi marido, se vino a lavar y me dijo quedate tranquila, mi amor, no pasa más nada”, añade la joven.
Coincidentemente, después “ya le dieron un celular, para hablar con ese tipo, que parece que es su jefe. Y él me dice llamale a este, él te va a dar la plata”, cuenta en referencia a la negociación por la compra de la cédula y el pasaporte que usaba “su marido”, pero que correspondía a un hombre muerto hace más de 13 años.
Agente antimafia
“Por 20.000 dólares”, dice en el audio que le vendieron la cédula. En cuanto al pasaporte, los policías le dijeron a Pérez Corradi que “ese te vamos a dar como regalo”. El relato de la mujer sigue con que “solamente sabíamos lo del documento ese tipo, la gente de Interpol y yo, porque yo estaba en el arreglo”.
Otro dato. Quién era “ese tipo” que sabía lo de los documentos. En el audio, se escucha decir a María Gladys que se trata de “un pariente de mi mamá”, en alusión al suboficial inspector de Policía Derlis Concepción Mallorquín, de la oficina regional de la división Antimafia en Ciudad del Este.
“No es de Interpol, de Antimafia es. Él es pariente de mi mamá. Yo le dije las cosas a mi primo. Mirá, fuiste vos lo que hiciste esto, le dije. Porque ellos le ofrecieron el documento a él”, concluye María.