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El juez Riquelme se había apartado alegando tener causal de inhibición por amistad con la abogada Alba Zaracho, quien defiende al coprocesado Joaquín Castillo, quien forma parte del directorio de la firma.
La causa fue remitida al juez Paublino Escobar, quien impugnó la recusación y, por ende, fue al Tribunal de Alzada, donde los magistrados Bibiana Benítez y Gustavo Santander votaron en el mismo sentido y señalaron que, si bien el juez Riquelme habló de una amistad de larga data con la abogada Zaracho, no presentó prueba de aquello.
El juez Pedro Mayor Martínez votó en disidencia y apuntó que se debe rechazar la impugnación de Escobar y debe ser el juez. Así quedó firme el juez Riquelme en el caso.
La diligencia se inició el 15 de junio, cuando los guardias Óscar Blanco y Julián Benítez persiguieron un auto que tenía orden de captura por robo, y al ubicarlo, dispararon y mataron al chofer Mauricio Benítez (22), quien había sacado el vehículo de su casa sin permiso, y se pensó que fue hurtado.
Luego se comprobó que Benítez fue quien mató al joven, por lo que está procesado por homicidio doloso, y Blanco, por violar la Ley de Armas.
La imputación se amplió contra los directivos Luis Fernando Schinini, director general, y José Joaquín Castillo Samaniego, gerente.