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El padre de Antonia, Delio Almada Jiménez, fue involucrado en un tiroteo entre policías y civiles, ocurrido el 31 de enero de este año en colonia Nueva Alianza de Villa Ygatimí. En el enfrentamiento murieron los policías Ariel Páez Valdez y Daniel Gamarra, además del civil Julio Florentín. Resultó herido el agente Adriano Gamarra y están prófugos Alcides Medina Brítez y Lucio Franco Rojas.
Delio concurrió a dicho lugar por insistencia de Lucio Franco para cobrar una deuda de G. 10 millones a Julio Florentín, por la venta de un inmueble, según dicen sus familiares.
Su abogado, Rodolfo Manuel Aseretto, expresó que fue un plan diseñado por Lucio Franco Rojas y los policías y que el objetivo principal era la eliminación física de Delio Almada Jiménez, querellante de los narcotraficantes Vilmar, Wilmar y Flavio Acosta Marques. Estos son sindicados como los responsables del asesinato de Antonia Maribel Almada y del periodista de ABC Color Pablo Medina.
Tras ser detenido Delio Almada, el fiscal Vicente Rodríguez le imputó “por homicidio doloso”. Este, en sus primeras declaraciones, el 1 de febrero de 2016, dijo que fue obligado a declararse culpable y que el móvil de la balacera sería el negocio de la marihuana.
De testigo a procesado
Delio Almada pasó de ser testigo a procesado, según sus parientes y abogado. La Justicia le niega sistemáticamente pedidos de libertad, violando así disposiciones constitucionales y legales, dicen.
El hombre afirmó a la prensa: “Quiero manifestar que mi hija Antonia Almada fue asesinada junto con Pablo Medina por sicarios que trabajan para el narcotráfico. Una víctima inocente cuyo deceso nos golpeó enormemente a toda la familia. Como consecuencia de eso mi otra hija, Ruth Almada, quien le acompañaba a Antonia el día en que fue asesinada, sufre de graves secuelas físicas y síquicas y se encuentra bajo protección policial por tal circunstancia, ya que es la única testigo sobreviviente. Mi esposa y mis otros hijos se vieron obligados a abandonar nuestra casa en Villa Ygatimí, dejando nuestros animales domésticos, pocas pertenencias, nuestros amigos y el lugar en donde mis hijos nacieron y crecieron. Todos esos hechos nos produjeron profundo dolor, causándonos diversos trastornos físicos, síquicos y espirituales”.
El abogado Rodolfo Manuel Aseretto expresó en su escrito, ante el juez penal de garantías de Curuguaty, que todo lo que está ocurriendo con Delio Almada Giménez lleva a la presunción de que poderosas fuerzas exógenas buscan quebrarlo y torcer la ley, para que el mismo decline la querella instaurada por él contra los asesinos de su hija, y que eso a la vez sirva de lección “para que nadie se atreva a enfrentar a los narcotraficantes”.
Por último, Delio Almada clama: “Imploro por mi libertad y solicito a Dios me dé fuerzas para volver a recomponer lo que queda de mi familia y termino diciendo, como dijo Jesús: ‘Felices los que son perseguidos por buscar justicia, porque de ellos será el reino de los cielos’. También bendigo a jueces, fiscales y auxiliares para que obren con justicia, y que el ser más poderoso de todos los tiempos no permita que los justos resbalen o caigan en la trampa que les tiendan sus enemigos”.