“Caiga quien caiga” es el lema de la emblemática Operación Lava Jato

Para los fiscales Vladimir Aras (Brasil) y Alonso Peña (Perú), partícipes de la Operación Lava Jato –la “cruzada” anticorrupción que se convirtió en la peor pesadilla de los poderosos de América Latina–, investigar y sancionar la corrupción es un deber para las autoridades y la garantía de un futuro mejor para todos. Afirman que la investigación está abierta y continuará, caiga quien caiga.

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–Esta es una investigación que ya lleva años, ¿hay un límite de tiempo para su conclusión?

Vladimir Aras (VA): –Para la investigación no, es difícil decir, esta pregunta siempre hacen a los fiscales del caso, no solamente al exfiscal general brasileño y que dejó el mandato hace dos semanas, pero también a los fiscales que siguen trabajando con ese caso en cuatro ciudades: en Brasilia, Curitiba, San Pablo y ahora también en Río de Janeiro.

Siempre se pregunta hasta cuándo se va a investigar, es difícil decir porque la cantidad de crímenes que fueron cometidos durante más de una década, seguramente estos crímenes vuelven en el tiempo a dos décadas, algunos de los cuales ya están prescriptos, pero es una investigación compleja y la cantidad de hechos bajo investigación es muy grande. A cada momento en que se estira un hilo surge una nueva historia, como por ejemplo ahora recientemente en Río de Janeiro, la parte de Lava Jato que fue a Río de Janeiro buscaba inicialmente actos de corrupción del entonces gobernador Sergio Cabral, y la averiguación se tornó transnacional porque se detectó una relación entre el gobierno del estado de Río de Janeiro y autoridades del Comité Olímpico Internacional para elegir la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 que tuvieron lugar en Río y que, según lo que se descubrió hasta ahora, algunos votos para la elección de Río fueron obtenidos mediante corrupción.

–¿Cuánto dinero se pudo recuperar con esta operación?

VA: –Es difícil cuantificar de memoria cuánto dinero se recuperó de hecho internamente en el Brasil, pero yo diría que estamos en el orden de los billones de reales, en función de la actuación del Ministerio Público y del fisco (de la Receita Federal brasileña) en relación a las actuaciones penales y las actuaciones no penales, porque en el Brasil –es importante que se sepa– el MP actúa en la lucha contra la corrupción tanto en los aspectos penal, criminal, como en el aspecto civil, que llamamos improbidad administrativa.

Entonces hay recuperación de activos tanto en función de condenas criminales como en función de juzgamientos en la justicia no penal. Además de esos billones de dólares que fueron recuperados, tenemos una cifra bastante importante de dinero que regresó al Brasil y que había sido bloqueado en el exterior, sobre todo en Suiza. Entonces gracias a la herramienta de la colaboración premiada y a los mecanismos de colaboración internacional integrados, colaboración premiada integrada con cooperación internacional, fue posible traer de regreso de Suiza para Brasil cerca de 250 millones de dólares, ese dinero fue devuelto a víctimas de la corrupción, principalmente Petrobras y también al estado de Río de Janeiro, que fue el Estado al que ese esquema más daños causó.

–¿Cuánto dinero movilizó en el Perú esa organización?

AP: –No puedo dar exactamente una suma, pero hay aproximadamente 2.000 transacciones bancarias que se han identificado y han permitido 71 cuentas que han sido congeladas, como lo dijo el Dr. Aras, este procedimiento, estas investigaciones tan complejas con alto grado de sofisticación implican un grado importante de la cooperación. A través de la cooperación se identifican las cuentas creadas a través de empresas off shore, empresas de fachada, estructuras financieras instituidas especialmente para encubrir la procedencia ilícita del dinero, y a partir de ello la cooperación internacional permite, luego de su identificación, que sean congeladas, que haya una incautación y luego en los próximos tiempos esperamos recuperar eso para el Perú.

Ha habido también una gran cantidad de bienes inmuebles que han sido incautados y algunos de ellos han sido derivados a ciertas instituciones del Estado para una aplicación particular, en el esquema de la persecución o administración de justicia. Nosotros tenemos un proceso muy importante, que es el proceso de pérdida de dominio o extensión de dominio, y todos aquellos bienes inmuebles o muebles que han sido adquiridos con dinero, activos de procedencia ilícita, luego de un procedimiento especial o a través del mismo proceso penal, son adjudicados directamente al Estado.

O sea, creemos que la política criminal hoy día ante estas organizaciones criminales no solamente supone solamente privar de su libertad y luego con una pena privar de libertad a quienes culpablemente cometieron el delito sino también privarlos de todos los beneficios económicos, de las ganancias ilícitas, de ahí que el decomiso es un instrumento, una herramienta procesal muy importante que luego permita revertir al Estado y a las víctimas todos estos activos, todos estos bienes que han sido adquiridos de procedencia ilícita.

–Los detractores de la Operación Lava Jato alegan que la investigación tiene la influencia de los Estados Unidos. ¿Qué respuesta tiene usted a ese cuestionamiento?

VA: –No, lo que veo en verdad es una influencia del marco normativo global, de la Constitución de cada uno de los países. Hay un deber de investigar crímenes graves, hay un deber de buscar pruebas de esos crímenes graves y sancionar a los responsables de conductas que no son apenas corrupción. La corrupción es en sí grave, pero corrupción significa quitar, suprimir las recursos que el poder público tiene para asistir a la población con salud, educación, infraestructura, saneamiento básico, o sea, luchar contra la corrupción es garantizar un futuro mejor para nuestros pueblos, independientemente de quién esté aquí y allí.

–¿Hay algo que quiera agregar?

AP: –Creo que esta investigación tiene mucho por decir, no podemos dar con exactitud o presagiar un pronóstico de cuánto tiempo, yo diría que esa es una caja de Pandora. Pueden encontrarse nuevos nombres, nuevos hechos y esto va a merituar siempre la realización de nuevos actos de investigación. Estamos hablando de más de una década donde se habrían producido estos actos de corrupción de colusiones con las empresas involucradas que trabajaron un buen tiempo en el Perú. Por lo tanto, todavía hay mucho que decir, creo que el lema que nosotros tenemos es caiga quien caiga.

rferre@abc.com.py

Fotos: Roberto Zarza y Diego Peralbo

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