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El militar arrestado es el sargento primero de Infantería Marcelino Delvalle Cantero, de 27 años, oriundo de la ciudad de Raúl Arsenio Oviedo, departamento de Caaguazú, y con destino actual en la Dirección de Material Bélico (Dimabel) de Asunción, según el reporte de la Policía.
Marcelino es incluso camarada de promoción del sargento primero Agropecuario Pedro Rodrigo Riveros Rojas, quien precisamente hoy debería haber cumplido 28 años.
El cuerpo de este último fue encontrado el miércoles de mañana, maniatado y con un disparo en la sien, en una plantación de trigo ubicada a cinco kilómetros del centro urbano del municipio de Juan Eulogio Estigarribia, también conocido como Campo 9, siempre en el departamento de Caaguazú, aunque ya casi en el límite con el departamento de Alto Paraná.
El joven uniformado había sido reportado como desaparecido el lunes último, cuando los otros dos camaradas con quienes custodiaba el banco regresaron al inquilinato donde vivían todos juntos y no lo encontraron, así como tampoco hallaron los dos fusiles M16 del Ejército que utilizaban.
Esos dos camaradas de Pedro Rodrigo Riveros Rojas abandonaron su guardia sin permiso de sus superiores, tras un acuerdo “interno” entre los tres sargentos y por medio del cual el ahora fallecido se había comprometido a cubrirlos mientras los otros visitaban a sus familiares.
El sargento primero Riveros Rojas, quien quedó solo el fin de semana pasado en Campo 9, fue presuntamente seducido por una mujer, con quien incluso mantuvo relaciones sexuales en el inquilinato, el sábado de noche, según las evidencias recogidas.
Después, fue aparentemente dopado y se quedó dormido hasta el domingo de mañana, cuando fue maniatado por al menos tres hombres, que lo llevaron hasta la plantación de trigo y lo asesinaron, cuando caía una pertinaz llovizna sobre la región.
Los investigadores, encabezados por el fiscal Édgar Torales y policías de la oficina regional de Antisecuestro de Alto Paraná y efectivos de Investigación de Delitos de Caaguazú, desde un primer momento sospecharon que el móvil del crimen fue el robo de las armas de guerra, ya que en el inquilinato quedaron intactos el coche del militar, su pistola, equipos tácticos y hasta su billetera con G. 3.500.000 en efectivo.