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Fuentes judiciales confirmaron ayer que la jueza penal de Ejecución, Lourdes Scura, incluso ya envió un oficio al departamento de Interpol de Paraguay para que designe a por lo menos dos agentes que deben ir a traer de Montevideo al narcopiloto compatriota.
Juan Domingo Viveros Cartes está preso en Uruguay desde el 29 de julio de 2013, cuando la avioneta paraguaya que pilotaba fue interceptada en el aire después de que descargara 478 kilos de marihuana.
La droga había sido cargada en una estancia de Caazapá y despachada por una red dirigida supuestamente por el exintendente colorado local Francisco Nicolás Sarubbi Brizuela, y por el entonces funcionario del Juzgado de Paz de San Juan Nepomuceno, César Santiago Morel Roa, otros dos objetivos pendientes de la justicia charrúa.
El caso de Papacho generó gran revuelo en Uruguay después de que la prensa local lo identificara como el tío del presidente de nuestro país, Horacio Cartes.
Viveros Cartes recibió una sentencia de dos años y 10 meses de prisión por narcotráfico y, recientemente, la jueza del caso, Adriana dos Santos, dio a conocer en Montevideo una intención de la justicia paraguaya de “repatriar” al veterano narcopiloto, para que complete en Asunción al menos 10 años de encierro que le faltan de otra condena de 17 años que recibió en 2001, cuando fue detenido en Brasil con 240 kilos de cocaína.
¿Negligencia?
De hecho, los medios de prensa de Uruguay reportaron que la jueza aceptó entregar a Papacho y que incluso concedió un plazo hasta el 7 de febrero próximo.
Pero después, la misma magistrada cuestionó una presunta negligencia de la justicia de nuestro país, ya que supuestamente la Corte Suprema de Justicia y la Policía Nacional nunca se pusieron de acuerdo ni coordinaron las diligencias legales para ir a recogerlo.
Incluso, la jueza uruguaya tuvo que enviar un exhorto a Paraguay, en el que pidió explicaciones sobre las trabas, y advirtió que no iba a repetir el mismo proceso.
Después de este roce, aparentemente las autoridades paraguayas se decidieron e iniciaron los trámites para traer a Papacho, quien seguramente deberá guardar reclusión en la cárcel de Tacumbú o en otro establecimiento penitenciario.
Sin embargo, otra posible traba para que siga encerrado podría ser su edad, ya que al cumplir 70 años, en el 2017, seguramente su medida deberá ser revisada.
De todos modos, las autoridades compatriotas harán el intento por traerlo.
¿Quieren enmendar el error?
La intención de la justicia paraguaya de extraditar desde Uruguay al narcopiloto compatriota Juan Domingo Viveros Cartes, de 69 años, correspondería a una maniobra tendiente a enmendar un antiguo error que cometieron las autoridades de nuestro país al traerlo desde Brasil en el año 2007, bajo la misma figura, para que supuestamente completara en una cárcel de Asunción otros 11 años que le faltaban de una pena de 17 años que le impusieron en el país vecino tras caer con un cargamento de cocaína.
“Papacho” había venido extraditado del Brasil por pedido de la jueza Ana María Llanes, quien en aquel entonces fundamentó su requerimiento en que el narcopolito tenía en Paraguay otro proceso abierto por la confiscación de casi 800 kilos de cocaína en Madrejón, Chaco.
Sin embargo, la misma magistrada le había concedido poco tiempo después a Viveros Cartes una medida de prisión domiciliaria, pero “Papacho” inmediatamente violó su norma de conducta, al ser primero detectado y capturado en un vuelo irregular en Coronel Oviedo.
Extraoficialmente, también se supo que “Papacho” llegó a un acuerdo con antidrogas de nuestro país, a quienes servía de informante, pero después se confirmó que el veterano aviador jugaba a “dos puntas”, al volver a transportar cargamentos de drogas para sostenerse.
Justamente, mientras él gozaba de una supuesta prisión domiciliaria por su condena en Brasil, “Papacho” pudo escapar de una operación antidrogas en Itapúa y, poco tiempo después, ya cayó preso en Uruguay por la misma causa.