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Las víctimas fueron Porfirio Espínola Enciso (49), su pareja Miryan Graciela Centurión Meza (36) y uno de sus hijos de 15 años. El violento golpe ocurrió en la compañía Iriarte Primero de la ciudad de Caballero, a más de 110 kilómetros de Asunción.
Uno de los presuntos asaltantes que fue detenido es Luis Alberto Carmona Benítez (40), oriundo de San Pedro, quien cuenta con varios antecedentes por hechos similares en diversos puntos del país.
Este fue capturado tras abandonar una camioneta Toyota Rav4 azul, con matrícula BAR 932, denunciada como robada en la comisaría 3ª Metropolitana, según confirmó el jefe de Investigaciones de Paraguarí, comisario principal Marcelino Espinoza. De acuerdo con los vecinos, Porfirio Espínola es un conocido comerciante que se dedica principalmente a la compra y venta de ganado.
Precisamente esta semana el hombre debía retirar unos G. 100.000.000 del banco para concretar un negocio, del que aparentemente varios vecinos y allegados tenían conocimiento.
Ayer de mañana, el comerciante se trasladó hasta una sucursal bancaria de la zona, donde compró 5.000 pesos argentinos, que debía enviar a su madre, quien a su vez tiene que ser sometida a una intervención quirúrgica en un centro asistencial de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, donde se encuentra internada.
Aparentemente, los maleantes creyeron que, efectivamente, Porfirio trajo a su casa los G. 100.000.000 que debía utilizar para la compra de las vacas, por lo que lo siguieron hasta su domicilio donde los tomaron de rehén, al igual que al resto de su familia.
Los delincuentes exigieron todo el dinero que había en el lugar y, al no encontrar más que unos 5.000 pesos y G. 800.000, golpearon brutalmente a las víctimas y luego escaparon del lugar.
Durante la huida, fueron descubiertos y uno de ellos fue detenido sobre un camino vecinal.
El capturado tenía en sus bolsillos 4.005 pesos y G. 80.000, mientras que los demás delincuentes lograron escapar a pie.
En el vehículo utilizado por los malvivientes fue encontrada una bolsa repleta de clavos tipo “miguelito”, que se suelen utilizar para agujerear las ruedas de las patrulleras de la Policía.