Cargando...
Los bandidos manejaban información precisa de lo que había en el depósito y no se descarta la implicancia de funcionarios de seguridad o de agentes policiales que prestan servicios en tribunales.
Los objetos robados consisten en tres armas largas, dos de los cuales son fusiles M-16, requisados del poder de peligrosos criminales y que ahora retornan a las calles.
Además se llevaron decenas de armas cortas, entre pistolas y revólveres, varios kilos de cocaína y dinero en efectivo, que totalizaría unos 10.000 dólares, según denunció el jefe de bóveda, Florencio Meza.
Los bandidos directamente se dirigieron al guardia Eriberto Silva, a quien lo mantuvieron de rehén por casi dos horas, según relató el afectado.
El otro custodio, Arnaldo Ortiz, estaba en la parte posterior del edificio y no se percató del atraco, pues los delincuentes obligaron a Silva, supuestamente, a manifestar a través de su frecuencia de radio que todo estaba normal.
Los bandidos habrían actuado con datos proveídos por funcionarios del tribunal, pues conocían con absoluta certeza cuál de los cofres contenían objetos de valor.
La gavilla criminal actuó en un automóvil cuya característica se desconoce, pues dejaron estacionado a metros de la sede penal.
Cada uno de los delincuentes contaba con una bolsa de arpillera en las que cargaron las evidencias.
A simple vista, se pudo observar que ninguna de las puertas que da acceso a las bóvedas estaban seguras.
El jefe de Policía del Alto Paraná, comisario principal Serafín Núñez, ha demostrado su total falta de eficacia para combatir los asaltos millonarios que ocurrieron en estos últimos días de diciembre en esta parte del Paraguay.