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La ministra de Justicia, Carla Bacigalupo, señaló que la participación de los internos de la penitenciaría regional “Juan Antonio de la Vega” de Emboscada y del correccional de mujeres “Casa del Buen Pastor” en el proyecto Sonidos de la Tierra, que cuenta con la financiación del banco Itaú, constituye una experiencia maravillosa.
“En el Buen Pastor contamos con un coro muy bien dirigido, mientras que en la penitenciaría de Emboscada el avance es más fuerte, porque además de cantar ejecutan instrumentos musicales como guitarra, violín e instrumentos de percusión. También está programada su participación en la Cumbre Judicial Iberoamericana, que se realizará los días 13, 14 y 15 de marzo, donde estarán los presidentes de las Cortes Supremas de Iberoamérica”, informó Bacigalupo.
“Estamos impulsando la música de la mano del maestro Luis Szarán, tanto en Emboscada como en el Buen Pastor. También estamos en una campaña de donación de 15 guitarras para el correccional femenino, porque allí tenemos un grupo de mujeres muy interesadas en incursionar en la ejecución de ese instrumento musical tan noble”, prosiguió la ministra.
La secretaria de Estado resaltó además que en la propia cárcel de Emboscada se fabrican instrumentos musicales, principalmente guitarras.
El director de la penitenciaría regional de Emboscada, Christian González, por su parte, destacó que mediante la música los internos aprenden a expresar su amor al arte, además de ser una forma de distraerse que les permite descubrir ese talento que “dormía” en su interior.
“Acá hay una orquesta conformada por internos que funciona desde el año 2014 y ya ha realizado funciones como en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Emboscada y en el hotel Sheraton”, recordó González.
La directora de la cárcel del Buen Pastor, Ana Coronel, también aplaude la iniciativa del aprendizaje del arte musical en los centros penitenciarios, como una forma positiva de canalizar los sentimientos de la gente privada de su libertad.
“Veo muy positivo porque la música es una forma de expresar los sentimientos y, como en la cárcel existe un ambiente de melancolía y tristeza, constituye una forma de canalizar esa pasión. También les sirve en la terapia ocupacional y recreativa, porque cantan y ayudan en el ambiente penitenciario porque se dice que ‘quien canta los males espanta’”, indicó.
Coronel también resaltó que el coro “Fem”, integrado por las internas del reclusorio, llegó a ofrecer funciones durante los eventos realizados en el correccional de mujeres.
Blanca Estigarribia, una interna que ejerce la coordinación del coro “Fem”, destacó el valioso aporte que hace el proyecto Sonidos de la Tierra. Mencionó que una exinterna, Felicia Ruiz, ejecuta la guitarra y canta en fiestas de cumpleaños. Comenzó en su círculo familiar como parte de su proceso de reinserción.
TEXTO: cazenave@abc.com.py - FOTOS: Carlos Schatebehk y Juan Ramón Ávila