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El asalto se perpetró a las 17:45 del 4 de agosto de 2000, cuando la cuadrilla conformada por ocho malvivientes, vestidos con uniformes militares, el rostro pintado y provistos con armas de fuego, sorprendieron a los empleados de la empresa “Prosegur” cuando estaban a punto de embarcar los 11.132.000 dólares del banco HSBC en un avión que llevaría el efectivo hasta Buenos Aires, Argentina y de allí a Nueva York, Estados Unidos.
Los delincuentes redujeron a los guardias y tras apropiarse del botín huyeron en una camioneta Chevrolet C-10 que al día siguiente fue ubicado en el barrio Campo Grande de Asunción.
¿Quema de archivos?
Las autoridades encomendaron la pesquisa a un equipo investigador, encabezado por el fiscal Blas Imas.
La investigación llegó a “salpicar” a políticos que formaban parte del Gobierno de Luis González Macchi (1999-2003), como los entonces ministros del Interior, Walter Bower, y Defensa Nacional, Nelson Argaña, como también al senador Óscar González Daher y el coronel Enrique Sarubbi. El fiscal Imas aclaró que no hallaron pruebas incriminatorias contra ellos.
Las diferencias surgidas entre los asaltantes por la repartija del botín se hicieron notar con el asesinato a tiros de dos de los miembros: Óscar Celestino Romero, quien se fugó de Tacumbú el 28 de agosto de 2002, tras ser condenado a 12 años por el ilícito, y Francisco Ojeda Ayala, cuyo cadáver fue hallado el 30 de diciembre de ese mismo año en Capilla del Monte, luego de ser ejecutado aparentemente por sus cuñados los hermanos Éver y Darío Beaufort Lesme.
Otro implicado, Carlos Bienvenido Morínigo Paredes, murió en un accidente en Chaco el 28 de noviembre de 2001.
Sin ser capturados
El fiscal Blas Imas resaltó que, a pesar de que el megaasalto quedó aclarado y la mayor parte de los procesados fueron detenidos (ver infografía), los dos principales “ideólogos”, el brasileño Edison Alvares de Lima y el exguerrillero “montonero” argentino Roberto Bachilet González, siguen prófugos.
Imas explicó que Bachilet fue detenido en Argentina, pero las autoridades judiciales del país vecino rechazaron la extradición y luego lo liberaron.
“Mucho tiempo estaba en la incógnita y se crearon muchos mitos en torno al megaasalto, pero al final logramos aclarar. Lastimosamente algunos quedaron en la impunidad, como Edison Alvares de Lima y Roberto Bachilet”, dijo.
Señaló que Alvares de Lima se quedó con la mayor parte del botín, mientras que Bachilet manifestó que “solo” le correspondió US$ 1.200.000 del botín.
cazenave@abc.com.py