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HERNANDARIAS (De nuestra redacción regional). El guardia de seguridad del Juzgado de Hernandarias Wilson Miguel Scappini Villalba, de 28 años de edad, fue capturado ayer de mañana por policías de la comisaría 24ª del barrio Puerta del Sol de dicha ciudad, quienes tuvieron que entrar a un arroyo al que el sospechoso se había metido con intención de eludir el operativo, que a su vez se ejecutó detrás de la tabacalera Tabesa.
El sospechoso admitió haber matado a la jueza de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Laboral Diana Eveline Mereles Duarte, de 38 años.
El cuerpo de la magistrada fue hallado el sábado de noche en un pasillo del primer piso del edificio judicial. La jueza fue arrastrada desde su vehículo que estaba en la planta baja, golpeada, ahorcada con un cable y masacrada con una piedra.
La dantesca escena fue descubierta luego de que llegara el guardia de seguridad nocturno del Juzgado, Justo Ángel Rotela, de 49 años, quien tenía que relevar a Wilson Scappini a las 18:00.
Como el portón estaba cerrado y el guardia diurno no contestaba su celular, Rotela llamó al jefe de seguridad del Juzgado, Pedro Antonio Scappini, de 52 años, quien resultó ser el padre del ahora detenido Wilson Scappini.
El jefe de seguridad y el guardia nocturno entonces pidieron permiso a un vecino y entraron al edificio judicial a través de la muralla.
Además del cadáver, en el lugar había algunas pertenencias del guardia diurno, dos botellas de caña y una de gaseosa, así como una lata de cerveza y vestigios del consumo de crack, lo que rápidamente posicionó al custodio de 28 años como el principal sospechoso.
De hecho, cuando fue arrestado ayer, Wilson Scappini dijo que está arrepentido de lo que hizo y que efectivamente actuó drogado. Después justificó que mató a la jueza porque estaba poseído por un ser superior. Agregó que no entiende qué lo condujo a cometer semejante asesinato.
Desde temprano
El análisis del sistema de circuito cerrado del Juzgado de Hernandarias reveló que ya el sábado de mañana el guardia recibió la visita de una prostituta en su lugar de trabajo.
La mujer, al ser localizada ayer, confirmó está versión y añadió que cobró G. 150.000, pero aclaró que no llegó a tener sexo con Wilson porque este ya estaba muy borracho y drogado a esa hora. La joven manifestó que abandonó el recinto después de que el guardia le pidiera un baile erótico, al que ella se negó por el frío.
Después del mediodía de ese sábado, el guardia ahora apresado llamó de nuevo a la trabajadora del sexo para pedirle que le devolviera al menos G. 50.000.
La mujer acudió de nuevo al Juzgado y le devolvió el billete a su cliente, aunque este tuvo que entregar su celular como garantía, según se ve en un video.
También fueron demorados dos jóvenes vecinos que en la tarde del sábado le compraron cerveza al guardia, de una despensa cercana, aparentemente ya cuando la jueza estaba muerta adentro.
La Policía sospecha que la jueza, cuando salió de su despacho a las 15:07 del sábado, pilló al guardia de seguridad tomando y drogándose, por lo que habría amenazado con delatarlo.
Esto explicaría el hecho de que Wilson arrastrara a la mujer desde su camioneta que estaba en la planta baja.
El guardia detenido ya había sido investigado por el robo de evidencias.
Más detenidos
Ayer de tarde continuaron los operativos sobre este caso, a cargo de la fiscala Natalia Montanía. Así, en un allanamiento fueron apresadas otras tres personas identificadas como María Antonia Fernández Morel (19), Natalia Maylin Ríos (20) y un joven de 16 años.
Esas personas aparecen en imágenes de circuito cerrado del edificio del Juzgado de Hernandarias cuando ingresaban al lugar, horas antes del homicidio de la jueza, dicen los investigadores.
En las revisiones de ayer los agentes hallaron el teléfono celular que Scappini había entregado a una de las jóvenes detenidas como parte de pago por “servicios”.
Igualmente, desde la comisaría quinta donde está detenido Wilson Scappini, se informó que el mismo intentó autoeliminarse. La jueza Cintia Garcete y forenses acudieron al lugar para inspeccionarlo y se le tomaron muestras para analizar si estaba bajo los efectos de algún alucinógeno.