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La defensa del expresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) pretendió acceder a las pruebas originales más importantes como cheques incautados en el marco de la pesquisa por supuesto lavado de dinero y usura, y como no lo logró, pidió el apartamiento del fiscal.
El exdirigente deportivo intentó con muchos pedidos que le fueron denegados acceder a las pruebas originales (más que nada cheques) y por este motivo recusó a Osmar Legal.
Sin embargo, esta investigación quedó a cargo de la fiscala coadyuvante a Liliana Alcaraz, la misma agente que ya acusó a Óscar González Daher (hermano de Ramón) y a su hijo Óscar González Chaves por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y declaración falsa.
Pese a su intento de frenar la pesquisa, la fiscala Alcaraz ya ordenó que se sigan analizando las documentaciones incautadas en la causa. Lo que no se están pudiendo anexar son los informes pendientes de instituciones públicas que suspendieron también sus actividades por la cuarentena ordenada por al Gobierno, por la pandemia del covid-19.
La Corte Suprema de Justicia dispuso la suspensión de los plazos de investigación por la crisis sanitaria. De acuerdo a los datos, Ramón y su hijo Fernando González Karjallo presentaron incongruencias entre el dinero que metían al sistema financiero y los ingresos oficiales por los que pagaban impuestos, de acuerdo a informes de la Subsecretaría de Estado de Tributación.
Asimismo, el exdirigente deportivo hacía préstamos con intereses del 100%, según la teoría del Ministerio Público.
En ese sentido, se presentaron más de 200 denuncias en sede fiscal de víctimas de usura. Según se precisó, las denuncias son por G. 500 millones y G. 20.000 millones.
Presos en la Agrupación
El 15 de noviembre del 2019, el juez Humberto Otazú decretó la prisión preventiva de Ramón González Daher y su hijo Fernando González Karjallo en la Agrupación Especializada, donde continúan hasta la fecha. La disposición obedeció a un pedido del fiscal Osmar Legal, quien argumentó que si estaban libres, ellos podrían amedrentar a sus víctimas de usura. Mientras, sin embargo, el exdirigente deportivo siguió utilizando su teléfono celular desde la cárcel, para continuar “apretando” a sus víctimas.