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Las víctimas fueron el brasileño con prontuario paraguayo Julián Samoel Duarte Rodríguez (20 años), alias Gordo; su novia Carina Soledad Villalba Giménez (16), el hermano de esta, Édgar Villalba Giménez (19); y el vecino de ellos Edilio Fernando Villalba Oviedo (46).
Los cuatro cadáveres fueron hallados ayer a las 07:00, uno sobre el otro y liados con unas frazadas, en un patio baldío cerca del cauce del río Paraná, en el barrio Tres Fronteras de Presidente Franco, justamente la zona límite entre Paraguay, Brasil y Argentina.
La masacre ocurrió aproximadamente a las 04:00 en una casa situada a 50 metros del baldío, a 120 metros de la avenida Bernardino Caballero y a nueve kilómetros del centro de Ciudad del Este.
En el lugar se estaba llevando a cabo una improvisada fiesta con tragos de por medio, hasta que estalló la tragedia.
Policías del departamento de Investigaciones de Alto Paraná apuntan como autores materiales a los ahora prófugos Miguel Ángel Caballero Rodríguez (20), alias Papalo; y Gabriel Ramírez Domínguez (18), alias Gabriel’i. El primero era el cuidador de la casa, que en realidad pertenece a su hermana mayor.
Según los datos, el verdadero objetivo marcado para morir era el brasiguayo Julián Samoel Duarte Rodríguez, alias Gordo, quien era buscado por la Policía desde setiembre del año pasado, cuando en compañía de su hermano cometió un atentado contra su exmujer.
Sin embargo, Gordo aparentemente también mantenía una rivalidad disimulada con Papalo por una mujer que ambos pretendían.
Una hipótesis sugiere justamente que Papalo invitó a farrear a su rival Gordo justamente para emborracharlo y después deshacerse de él, ya que semanas atrás ambos se amenazaron de muerte, incluso vía redes sociales.
La otra versión sobre el móvil del crimen da cuenta de que se trató de una trampa para cobrar venganza contra Gordo por el atentado cometido contra su exmujer.
La novia, el cuñado y el vecino de Gordo habrían sido víctimas colaterales que estuvieron en el lugar incorrecto en el momento equivocado.