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Juan Pablo Guapi Benítez, quien literalmente entra y sale a la cárcel por hurto agravado, es señalado por la Policía como uno de los pioneros en atracos a vehículos estacionados.
Esta vez, su arresto se produjo en Lambaré, en una casa en la que vivía con su familia, aunque también fue allanado en la misma ciudad un inquilinato que supuestamente usaba como aguantadero.
El “rey de los tortoleros” fue detenido en una operación conjunta entre policías de Investigaciones de Asunción y de Misiones, con la supervisión de la fiscala Teresa Martínez, de la unidad penal 3 de la ciudad de San Ignacio.
La pesquisa se inició el 31 de julio pasado, cuando dos delincuentes rompieron a las 17:42 la ventanilla de una camioneta Toyota Land Cruiser negra que estaba estacionada en el centro de San Ignacio, Misiones.
El dueño del rodado es un ganadero que en ese momento estaba participando de un torín por la fiesta patronal de la ciudad, evento que reunió a miles de participantes.
Entre otras cosas, los criminales llevaron de adentro de la camioneta una pistola Glock, US$ 5.000 y G. 3.800.000. Además, extrajeron otros G. 9.000.000 de un cajero automático de la zona con la tarjeta de crédito de la víctima.
Auto alquilado
El primer elemento para establecer la participación de Guapi fue una cámara de seguridad que grabó íntegramente el golpe.
En las imágenes se pudo corroborar que el ataque a la Land Cruiser fue cometido por un hombre adulto y otro joven que usaron un automóvil Kia Rio gris, con chapa HFT 188.
Por sus rasgos físicos, Guapi fue identificado casi inmediatamente, aunque faltaba un elemento más sólido para conectarlo al caso.
Esa evidencia, finalmente, fue conseguida ayer de tarde, cuando la propia fiscala Martínez y los agentes de Investigaciones de Misiones se constituyeron en la empresa de alquiler de vehículo denominada Autoclick, que funciona en Asunción.
Los empleados de la firma entregaron a las autoridades el contrato de alquiler del Kia Rio usado por los tortoleros y resultó que el coche fue retirado por el propio Juan Pablo Guapi Benítez, quien dejó incluso una fotocopia de su cédula. El otro tortolero ya estaría también identificado.