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Desde hace algunas semanas, la bloguera está viajando por diferentes países tras haber conseguido de las autoridades de La Habana el permiso para salir de Cuba.
“Este es el viaje de mi vida, el del desagravio, porque estoy aceptando las invitaciones que no he podido cumplir en cinco años, tras veinte negativas del Gobierno a darme el visado”, dijo Sánchez.
Aseguró que lo mismo que los cubanos son “creativos” y hábiles para encontrar leche y carne, también lo son para encontrar información, que en el país circula “a velocidad de vértigo”.
“Hay mucha información. Hay gente que hace audiovisual de modo independiente, muchos blogueros, los jóvenes cubanos están fascinados por la tecnología”, afirmó la activista, para quien “se está creando un movimiento alternativo que las aprovecha para hacer frente al monopolio informativo “de las autoridades”.
Creadora en 2007 de “Generación Y”, Sánchez dijo pertenecer a un segmento de gente que desde niños fueron “adoctrinados” por un régimen en el que “el individualismo y destacar en algo podía ser un problema”.
Ese modelo –agregó– se vino abajo con la caída del muro de Berlín, a finales de los 80, “y la Cuba proyectada también se desplomó, porque no estaba basada en la capacidad real del país, sino en los subsidios que venían del Kremlin”.
“Me siento a gusto como periodista y entre periodistas”, señaló y añadió que goza de más libertad que los informadores que trabajan para los medios cubanos oficiales y que los corresponsales de prensa extranjera.
Entre estos últimos ve gente muy valiosa, pero entiende que para mantener la visa en Cuba “hay que hacer muchas concesiones”.