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Expertos en ciberseguridad dijeron que los atacantes parecen haber explotado la misma clase de herramienta de hackeo usada en el ataque de mayo pasado.
En esa ocasión un “ransomware” (programa que “secuestra” un ordenador, bloqueando su acceso, y pidiendo rescate para liberarlo) infectó a cientos de miles de computadoras, antes de que un programador británico lograra desactivarlo.
Mikko Hypponen, de la firma finlandesa de ciberseguridad F-Secure, dijo que era probable que el ataque se propague por América cuando trabajadores enciendan máquinas vulnerables.
Los primeros reportes de organizaciones golpeadas por el ataque surgieron en Rusia y Ucrania, pero el impacto se propagó rápidamente hacia el oeste llegando a Rumania, Países Bajos, Noruega y Gran Bretaña.
En cuestión de horas, el ataque se volvió global.
El gigante naviero danés Moller-Maersk, que traslada uno de cada siete contenedores transportados en el mundo, dijo que el ataque había provocado interrupciones en sus sistemas informáticos de todo el mundo, incluso en su terminal en Los Angeles.
La farmacéutica Merck dijo que su red informática también había sido afectada por el ataque. Una de las víctimas del ataque cibernético del martes, una compañía ucraniana de medios de comunicación, dijo que sus ordenadores estaban bloqueados y que había recibido un mensaje que le pedía el pago de 300 dólares en la moneda criptográfica bitcoin para restaurar el acceso a sus archivos.
“Si ves este texto, entonces ya no tienes acceso a tus archivos, ya que han sido cifrados. Tal vez estás ocupado buscando una manera de recuperar tus archivos, pero no pierdas el tiempo. Nadie puede recuperar sus archivos sin nuestro servicio de descifrado”, reza el mensaje pidiendo el rescate.