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La investigación, hecha por científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison con nuevas tecnologías desarrolladas en la institución estadounidense, analizó rocas procedentes de Australia Occidental en las que identificaron los fósiles más antiguos nunca hallados hasta el momento.
Las rocas fueron recogidas en 1982 y los microfósiles fueron descritos por primera vez en 1993, aunque parte de la comunidad científica consideró que las muestras eran formaciones minerales con parecido biológico.
Pero el estudio ahora publicado confirma que las rocas contienen microfósiles de 3.500 millones de años de edad.
Pero, incluso, se podría llegar a 1.000 millones de años antes.
Los investigadores indicaron que “la vida tiene que haber empezado sustancialmente mucho antes, nadie sabe cuánto ante. Hace 4.300 millones de años existían océanos de agua líquida, “no hay razón” para que la vida no se iniciara entonces.