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Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de California comprobó que si a este mineral se le añade además cafeína se logran placas más eficientes y más energía.
La idea, relatan los científicos en una nota de Cell, comenzó como una broma durante el café de la mañana: los científicos discutían sobre las células solares de perovskita y uno de ellos bromeó sobre que estas, como nosotros, necesitarían café para rendir mejor.
Este comentario llevó al equipo a recordar que la cafeína del café es un compuesto alcaloide con estructuras moleculares que podrían interactuar con la perovskita, una estructura cristalina de varios compuestos.
Añadieron entonces cafeína a una capa de perovskita en 40 células solares y constataron que esta interacción aumentó la eficiencia de la célula solar del 17 a más del 20 por ciento.
Aunque la cafeína parece mejorar significativamente el rendimiento de las células que utilizan perovskita para absorber la luz solar, los investigadores no creen que sea útil para otros tipos de células solares.
La estructura molecular única de la cafeína sólo le permite interactuar con los precursores de la perovskita, lo que puede dar a esta variedad de células solares una ventaja en el mercado.