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WASHINGTON (EFE, AFP). Trump rompió en sus primeros once meses en el poder los esquemas tradicionales de la política exterior estadounidense y los reemplazó por una mezcla de nacionalismo y militarismo que desorientó a los aliados de EE.UU. y envalentonó a sus rivales.
Durante su primera gira extranjera, en mayo, Trump dejó perplejos a sus aliados europeos al no reafirmar el compromiso estadounidense con el artículo 5 del tratado de la OTAN, que contempla la defensa mutua en caso de ataque, aunque después intentó corregir ese error.
Actitud impulsiva
De hecho, cunde el desconcierto entre los aliados de Estados Unidos por el estilo del magnate inmobiliario pasado por presentador de telerrealidad: es capaz de arremeter contra China en un tuit para luego ensalzarla en el siguiente, o amenazar en la ONU con “destruir totalmente” a Corea del Norte, o incluso desairar públicamente a su secretario de Estado, Rex Tillerson.
“La actitud impulsiva del presidente Trump, su manera impredecible de gobernar y sus tuits han estremecido a muchas capitales”, sostiene Paul Stares, autor de una encuesta anual a 400 expertos y diplomáticos sobre los riesgos de conflicto.
Impredecible
“Es difícil saber” si las amenazas de Trump “son una fanfarronada o si realmente está decidido a usar la fuerza”, indica Stares.
Pero los aliados no parecen estar permanentemente desestabilizados.
“Francia es pragmática”, los europeos y los asiáticos “se van acostumbrando a los tuits de Trump”, e incluso a veces es apreciado en sectores de Europa del Este y Medio Oriente.
Su escalada retórica con el líder norcoreano, Kim Jong-un, tuvo al mundo en vilo durante casi todo el año, y sus fuertes amenazas no disuadieron a Pyongyang de continuar sus ensayos de misiles.
Trump también expresó su desdén por otras dos grandes estructuras multilaterales: el Acuerdo de París contra el calentamiento global y el pacto nuclear alcanzado en 2015 con Irán y otras cinco potencias.
Al anunciar en junio su retirada del pacto climático, Trump aisló a Estados Unidos de un abrumador consenso internacional; y al amenazar en octubre con abandonar el acuerdo nuclear iraní si no se corrigen sus “defectos”, puso en riesgo el futuro del pacto.
Latinoamérica
En Latinoamérica, Trump ha combinado un desinterés general por el continente con una actitud hostil hacia los inmigrantes y los pactos comerciales, que ha debilitado la tradicional alianza con México.
En el caso de Cuba y Venezuela, “las políticas de Trump han estado más guiadas por objetivos punitivos de corto plazo que por una estrategia de cambio político a largo plazo”, argumentaron los expertos en la región Christopher Sabatini y William Naylor.
Si el presidente estadounidense Theodore Roosevelt (1901-1909) recomendaba “hablar suave pero llevar un gran garrote”, Trump “habla alto y lleva un trabuco”, algo que mantiene al mundo en un constante estado de alerta, opinó el experto en política exterior Gordon Adams.
Para Barbara Slavin, “Trump parece creer que el poder militar y económico de Estados Unidos es suficiente para permitirles hacer lo que quieran”.
Pero “no entiende que Estados Unidos es más poderoso cuando lidera y da forma a un consenso internacional”, dijo al señalar el riesgo de aislamiento y pérdida de credibilidad de la potencia mundial.