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TOKIO (AFP). Trump ha advertido en anteriores ocasiones que Estados Unidos podría ir más allá de la diplomacia para frenar el programa de armas nucleares norcoreano y considerar una intervención militar.
El programa norcoreano es “una amenaza para el mundo civilizado y para la paz y la estabilidad internacionales”, aseguró el lunes en rueda de prensa en Tokio, primera escala de una gira por Asia dominada por la crisis norcoreana.
“La era de la paciencia estratégica ha terminado”, agregó junto a su anfitrión, el primer ministro japonés Shinzo Abe.
Abe, cuyo país vio en los últimos meses cómo el régimen de Pyongyang lanzaba dos misiles que sobrevolaron su territorio, dio su apoyo a esta política.
“Respaldamos la política de Trump de mantener todas las opciones sobre la mesa”, afirmó, asegurando que su país abatirá los misiles norcoreanos “si es necesario”. “En tales casos Japón y Estados Unidos mantendrán una estrecha cooperación”, subrayó.
El primer ministro japonés anunció asimismo que Tokio se dispone a “congelar los haberes de 35 organizaciones y personalidades norcoreanas”, en una sanción adicional frente al programa nuclear y de misiles de Pyongyang, pero también al secuestro de japoneses por parte de los servicios secretos norcoreanos en las décadas de los 1970 y 1980.
¿Una cita con Kim?
Sin embargo, en una entrevista en la televisión estadounidense difundida el domingo dejó abierta la puerta a un encuentro con Kim, aunque no inmediatamente.
“Estaría dispuesto a hacerlo, pero esperemos a ver el giro que toma esto, pienso que es demasiado pronto” para contemplar una reunión con Kim, dijo al programa “Full Measure”.
Pero el régimen norcoreano no dio ningún indicio de un cambio de política. A través del diario del partido único, Rodong Sinmun, calificó a Trump de “viejo loco de la Casa Blanca”.
Trump llegó a Japón el domingo en un contexto de tensión sobre Corea del Norte por su programa nuclear.
Este viaje, el primero de Trump por varios países de la región y que será el más largo que ha efectuado un presidente estadounidense en 25 años, se produce después de meses de tensión entre Washington y Pyongyang.