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En una charla pronunciada en Casa de América de Madrid, Roussef defendió a Lula, encarcelado desde el sábado por una condena de doce años por corrupción (recibo de soborno y lavado de dinero), insistiendo en la estrategia de victimización, y de politizar la justicia.
En Brasil existen 123 personas (la cúpula empresarial de las firmas involucradas, funcionarios y algunos políticos) condenadas en el marco de la operación Lava Jato, que desenmascaró la gran red de corrupción montada en Petrobras durante el gobierno de Lula. Y, aun hay 101 políticos con fueros, en proceso de ser investigados y enjuiciados.
“Nuestro candidato sigue siendo Lula, es una cuestión de justicia, es inocente, y si quieren sacarlo de la carrera electoral deberán ser ellos con sus métodos”, dijo la exmandataria según informa la agencia EFE.
Rousseff dijo que, tanto su destitución como presidenta en 2016, debido a irregularidades en las cuentas públicas, como el caso de Lula responden a un “golpe parlamentario y mediático” en Brasil, que tuvo el “apoyo de corporaciones” del Poder Judicial y una parte de “intereses del mercado”.
“Está preso (Lula), no tiene voz, nosotros seremos su voz y viajaremos por el país, haremos una gran movilización, también exterior y pedimos la solidaridad internacional”, exclamó la destituida presidenta.
“No vamos a desistir de su candidatura, no vamos a plantear alternativas”, dijo.
En Brasil, opinó, hay una “distorsión del papel del Poder Judicial, que es muy grave porque ninguna democracia subsiste sin Justicia ciega”. Y alegó que se utilizó la estrategia de “destruir” a Lula de forma civil.
Además de los cuantiosos sobornos pagados a aliados políticos y opositores, para actuar sin mayor oposición a su gobierno.
Pero, siguió diciendo Dilma, tras la última victoria electoral, hubo una “confabulación golpista” basada en el partido del actual presidente, Michel Temer.
Según ella, los “golpistas” querían “parar” las investigaciones por corrupción durante su gobierno, pero sin mencionar su intento de proteger a Lula de una investigación por corrupción, nombrándolo ministro, para darle fueros especiales.