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La Policía detuvo a 10 sospechosos por el crimen, siendo que cinco de ellos son policías militarizados.
El pasado 14 de marzo, otro juez de 48 años y responsable por los procesos de traficantes de drogas fue abatido a balazos durante una emboscada en el estado de São Paulo (sudeste).
Brasil vive un proceso de colombianización, coincidió también en advertir el presidente de la Asociación Nacional de los Miembros del Ministerio Público, Marfan Vieira.
En la víspera de Carnaval, traficantes de drogas de Río de Janeiro, algunos de ellos, incluso detenidos, orquestaron actos de violencia, ordenaron el cierre del comercio y escuelas contando con la complicidad de policías y abogados corruptos, según las autoridades.
Para el juez Walter Maierovitch, del Instituto Giovanni Falcone, la guerrilla colombiana sirve de inspiración a un modelo mafioso adoptado por las facciones del crimen organizado como el Comando Vermelho (CV) o el Primeiro Comando da Capital (PCC, que controla las cárceles).
Por miedo a represalias, las comunidades acaban solidarizándose con los criminales, aseguró Maierovitch.
Para todos estos magistrados existen tres etapas en el proceso: inicialmente el crimen penetra en el Estado por medio de la corrupción; posteriormente intimida a la sociedad mediante asesinatos y en la tercera fase domina la estructura de poder.
Sin embargo, el engranaje que conduce a una situación como la de Colombia divide las opiniones de los especialistas.
Para el presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, Moroni Torgan, autor del informe de una comisión investigadora sobre el tráfico de drogas, Brasil está lejos de transformarse en una Colombia, donde más de 100 jueces ya fueron asesinados, así como cuatro candidatos presidenciales.
Sin embargo, alerta, que los riesgos existen fundamentalmente si las autoridades siguen omisas en las zonas del narcotráfico.