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PARÍS (AFP). Oficialmente no hay competencia, como lo aseguró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Muchos más que la nómina difundida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se limitó a incluir en la suya a Trinidad y Tobago.
Del lado de la OCDE, cuyos trabajos se presentan al G20, la lista europea no plantea, en público, problemas.
Sin embargo, la existencia de estas dos listas puede crear confusión entre los países concernidos sostienen especialistas.
Los veintiocho del bloque europeo incluyeron en su “lista negra” a Samoa Americana, Baréin, Barbados, Granada, Guam, Corea del Sur, Macao, Islas Marshall, Mongolia, Namibia, Palaos, Panamá, Santa Lucía, Samoa, Trinidad y Tobago, Túnez y Emiratos Árabes Unidos.
Algunos países incluidos en la lista se enfadan por el trato que reciben. Cuando la UE publicó la suya, Corea del Sur, país miembro del G20, fustigó una decisión que va “en contra de los estándares internacionales” y que podría “afectar la soberanía fiscal” .
Lista sin europeos
Según el Centro de estudios prospectivos e informaciones internacionales (Cepii) la iniciativa europea es muy interesante porque va más allá del intercambio automático de informaciones, la base de la OCDE. Pero hay un enorme límite: los miembros de la UE no figuran en las listas y “gran parte de la evasión fiscal se hace dentro de la UE por caminos que llevan a Holanda o Irlanda. Esos países no son paraísos fiscales, pero permiten acceder”, asegura Cepii.
Otra nómina
Oxfam elaboró también en noviembre “la lista negra” de paraísos fiscales, en ella figuran cuatro países europeos (Irlanda, Luxemburgo, Malta y Holanda) y países como Suiza o jurisdicciones británicas como Gibraltar y Bahamas, que no forman parte de la UE.
Las diferentes listas tienen no obstante repercusiones positivas, pues el objetivo no es tener países en una lista negra, sino utilizar esta “amenaza” para avanzar hacia la transparencia.