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SEÚL (Reuters). Surcoreanos reclaman la renuncia de la presidenta, Park Geun-hye, a quien consideran no apta para gobernar y critican la supuesta intromisión e influencia de una amiga personal en asuntos del Estado.
El hecho de que una desconocida haya podido tomar importantes decisiones gubernamentales y obtener riqueza y privilegios de su exclusiva conexión ha llevado a gran parte del país a dar la espalda a la presidenta, cuyos índices de aprobación están bajo mínimos.
La mandataria ha despedido a algunos de sus principales y más cercanos asesores, y algunos excolaboradores han sido arrestados por cargos de abuso de poder.
Disculpa pública
Park pidió disculpa pública y admitió que había pedido consejos a un amigo –que no es funcionario público–, lo que solo avivó el enojo y las sospechas de la sociedad sobre el confidente que fue, además, acusado de abuso de poder y fraude.
Otra disculpa de Park y un ofrecimiento de trabajar con la oposición parlamentaria para formar un nuevo Gabinete no lograron calmar la furia de los ciudadanos, y los opositores de Park expresaron que la mandataria no comprende la gravedad de la crisis que atraviesa.