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Tras las elecciones de diciembre de 2015, los partidos políticos no consiguieron ponerse de acuerdo para formar un nuevo Gobierno, con lo que Rajoy y su gabinete siguieron en funciones.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hizo una intervención pública antes de que se reuniera este órgano directivo en la que adelantó que su partido pasará a ser la oposición a los populares” de Rajoy, cuyo partido ganó las elecciones del 26 de junio con 137 diputados, pero sin alcanzar la mayoría absoluta (176 de los 350 escaños del Congreso).
Después de consultar a todos los dirigentes territoriales del PSOE, Sánchez ha decidido que no intentará formar Gobierno si Rajoy fracasa.
Fuentes del comité federal dijeron que la intervención más aplaudida durante la reunión fue la del diputado vasco Eduardo Medina, quien pidió a sus compañeros hacer “una reflexión seria”, en tono autocrítico, que empiece por reconocer los malos resultados electorales.
Analistas políticos y medios de comunicación coinciden en que el próximo Gobierno de España volverá a estar presidido por Rajoy, quien habrá de llegar a un acuerdo parlamentario con los liberales de “Ciudadanos” y sumar un diputado de las islas Canarias.
Si no hay más apoyo de las formaciones nacionalistas esta confluencia daría 170 escaños, a seis de la mayoría absoluta (176), con lo que Rajoy puede gobernar en minoría, si bien un acuerdo del resto de las fuerzas parlamentarias puede tumbar su Gobierno.