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BRASILIA (EFE).Según las encuestas, Silva y Neves se disputan la posibilidad de llegar a una segunda vuelta frente a Rousseff y ayer coincidieron en quemar sus últimos cartuchos televisivos con asuntos de corrupción que han sido denunciados en la estatal petrolera Petrobras.
“Miente quien dice que no sabía que había robos en la (estatal) Petrobras, miente quien dice que no sabe lo que está pasando con la corrupción en este país”, declaró Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), en su último espacio televisivo.
Neves también atacó por ese flanco y utilizó imágenes del último debate entre candidatos, en el que también exigió a Rousseff que explicara la supuesta corrupción en la principal empresa del país.
Antes de eso, el socialdemócrata instó a los electores a darle el “voto útil ” necesario para vencer a Rousseff y a su Partido de los Trabajadores (PT), que está en el Gobierno desde 2003, cuando lo asumió con Luiz Inácio Lula da Silva.
El espacio de Neves también apeló a los indecisos en su intento de alcanzar una segunda vuelta, necesaria si ningún candidato logra superar el 50% de apoyo.
Según los últimos sondeos, Rousseff obtendrá el domingo un 40%, frente al 25% de Silva y el 20% que lograría Neves, mientras que la presidenta sería reelegida en segunda vuelta frente a una u otro, con una diferencia de unos diez puntos porcentuales.
Silva, además de censurar la supuesta corrupción en Petrobras y la alegada indiferencia de Rousseff ante los ilícitos, también citó su origen pobre y su conexión con la Amazonia, en la que nació, creció y trabajó en su infancia, como recolectora de caucho.
“Soñé un día con cosas simples. Soñé con dejar de ser analfabeta y lo conseguí a los 16 años, cuando fui a la ciudad. Cuando volvía a ver a mi familia, veía que hablaban un mal portugués, pero ellos conocían los secretos de la selva”, declaró.
En ese ambiente hostil y de pobreza, aseguró que conoció “el respeto a la diversidad” y prometió aplicarlo a la tarea de gobernar si fuera elegida presidenta.
Entre los principales candidatos a la Presidencia, Silva ha sido la que contó con menos tiempo gratuito de propaganda en televisión, que se define en función del número de partidos con representación parlamentaria que los apoyan.
Rousseff, respaldada por una amplia coalición, ha tenido doce minutos diarios para dirigirse al electorado, mientras que Neves ha contado con cuatro minutos y Silva con apenas dos.
La Presidenta se explayó en sus últimos doce minutos e hizo un largo repaso de su gestión, que comenzó el 1 de enero de 2011 y que encadenó con los ocho años que gobernó Lula, su antecesor y mentor.
Sin citar a Marina Silva, Rousseff volvió a censurar la “nueva política” que ofrece la ecologista.