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SÃO PAULO (AFP). “Es incomprensible el apoyo de la presidenta Dilma –en función de su propia biografía de exprisionera política– a un Gobierno que intenta silenciar a sus opositores por la fuerza”, escribió Neves en una columna de opinión publicada en el diario Folha de São Paulo titulada “Intolerancia y omisión”.
El senador socialdemócrata pidió a la Presidenta que reaccione ante una “causa humanitaria”.
“Quien calla, consiente. El silencio de Brasil es vergonzoso e inmoral. En pleno siglo XXI es intolerable la existencia de presos políticos. No se cede con la libertad. Hay valores que por su fuerza y significado están por encima de las diferencias partidarias y políticas”, argumentó el líder la oposición.
Neves y varios senadores brasileños, tanto de la base aliada del Gobierno como de la oposición, aterrizaron el jueves de la semana pasada en el aeropuerto de Maiquetía, a 40 km de Caracas, buscando conocer la situación de los opositores encarcelados Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos.
Pero rumbo a la capital se encontraron con el tráfico bloqueado por chavistas. La furgoneta en la que se trasladaban fue atacada a pedradas por el grupo, por lo que decidieron suspender la agenda y regresar a Brasil cinco horas después de haber llegado.
Esa misma noche, el Gobierno brasileño anunció que iba a pedir aclaraciones a Caracas por los “inaceptables actos hostiles” registrados contra el grupo de legisladores.
El gobierno chavista, por su parte, emitió un comunicado diciendo que los legisladores brasileños “arribaron al país con el único propósito de desestabilizar la democracia venezolana y generar confusión y conflicto entre países hermanos”.
En sus años como presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), fue un estrecho aliado del fallecido líder venezolano Hugo Chávez (1999-2013) y promovió fuertes inversiones brasileñas en Venezuela.