Cargando...
Ilarraz, que quedó bajo arresto domiciliario hasta que la condena quede firme, era prefecto de disciplina y guía espiritual en el seminario donde perpetró los abusos de niños que estaban bajo su tutela.
Las víctimas tenían entre 13 y 14 años, pero en el lugar había niños más pequeños. Los investigadores sospechan que puede haber más víctimas que se mantienen en silencio.
Los chicos eran internados del seminario de menores y vivían aislados de sus familias con quienes tenían contacto una vez al mes o menos.
Siete de sus víctimas declararon durante el juicio en audiencias a puertas cerradas.
La Fiscalía explicó que las víctimas, que callaron por décadas, llevaron su denuncia ante la justicia en 2010 luego de reclamar a la Iglesia Católica que Ilarraz dejara de ejercer el sacerdocio.
Ilarraz fue apartado en 2012 del Seminario de Paraná, tras el inicio de una investigación interna por orden de las autoridades eclesiásticas. Sin embargo partió a la localidad de Tucumán donde siguió con labores pastorales.
La defensa pidió el sobreseimiento de Ilarraz quien atribuyó las acusaciones a “una conspiración”.