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PARÍS (Reuters, EFE, AFP, ANSA).Al menos cinco terroristas implicados en los seis atentados perpetrados en la noche de ayer en la capital francesa fueron neutralizados por las fuerzas del orden.
Dos explosiones se escucharon cerca del Stade de France donde las selecciones de fútbol de Francia y Alemania jugaban un partido amistoso, al que asistía el presidente francés, Francois Hollande.
El partido se jugó hasta al final, pero hubo tensión entre la multitud cuando se esparcieron las informaciones sobre los ataques.
Los espectadores fueron retenidos en el estadio y espontáneamente se reunieron en el césped de la cancha.
De forma casi simultánea, seis ataques golpearon la noche de la capital francesa, con sus bares y terrazas llenos de gente gracias a las suaves temperaturas.
En el este de la ciudad, junto al canal de Saint Martin, dos hombres a cara descubierta, según testimonios recogidos, abrieron fuego con armas automáticas en torno a las 21:30, hora local, sobre los clientes del bar “Petite Cambodge”.
“Al principio pensaba que un camión estaba descargando piedras. Luego, que podría ser un petardo. Pero el ruido era muy potente y comenzó a alargarse demasiado como para pensar que era algo normal”, explicó Leslie Guihard, testigo de uno de los primeros tiroteos.
Después continuaron su trágico recorrido disparando “a quemarropa” contra otros locales de ocio, como el bar “Bonne Biere”, dijo el dueño de un café cercano.
Pocos minutos más tarde, al menos dos hombres (se desconoce aún si se trata de los mismos) irrumpieron gritando en árabe “Alá es el más grande” en la sala de conciertos Bataclan, un lugar legendario de la escena musical parisina, y tomaron como rehenes a los espectadores presentes.
“Dos o tres individuos a cara descubierta entraron con armas automáticas de tipo kalashnikov y empezaron a disparar de forma indiscriminada contra la gente”, contó un periodista de la radio Europe 1, Julien Pierce, que estaba dentro.
“Duró unos 10 o 15 minutos. Fue sumamente violento y hubo una ola de pánico”, agregó.
“Tuvieron tiempo para recargar las armas al menos tres veces”, expresó el trabajador de prensa.
Otro testigo explicó que oyó a los atacantes gritar “Alá Akbar” (“Dios es grande) antes de abrir fuego, y “la culpa es de Hollande (...), no tiene por qué intervenir a Siria”.
“Les oía cargar (...) seguían disparando contra la gente (...) pasamos por encima de los cuerpos, es una pesadilla”, agregó con voz quebrada por el llanto.