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El estudio, liderado por un grupo de científicos de la Universidad de Osaka (Japón), pone de relieve “una patología ósea única que se ha pasado por alto previamente”, y sugiere como tratamiento una terapia ósea con medicamentos antimaláricos que ayude a abordar las consecuencias a largo plazo de la enfermedad aun existente en distintas regiones.
La malaria es una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito Plasmodium, y a veces puede conducir a complicaciones graves como la infección cerebral y problemas respiratorios. Varios estudios han demostrado que los niños que sobreviven a la infección por malaria a menudo muestran crecimiento atrofiado.