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BUENOS AIRES (EFE).De otorgársele el recurso de “hábeas corpus”, una figura jurídica que busca asegurar los derechos básicos de las personas, la orangután Sandra, que en febrero próximo cumplirá 30 años, podría hacer historia y sentar jurisprudencia a nivel mundial.
Si bien en primera y segunda instancia judicial esta insólita petición por parte de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA) fue rechazada, la semana pasada la Cámara de Casación Penal pidió que el caso vuelva a investigarse.
“En un fallo histórico: hizo lugar al planteo de fondo, esto es considerar a Sandra una persona no humana sujeto de derecho”, afirmó Andrés Gil Domínguez, abogado que representa a la orangután.
El objetivo, según el letrado de la orangután a quien AFADA considera “privada ilegalmente de su libertad”, es que “en un futuro inmediato Sandra sea liberada y pueda terminar sus días en libertad, con los miembros de su especie”.
Sin embargo, desde el zoo porteño no coinciden con el proceso judicial que se está llevando a cabo y argumentan que la orangután no puede ser liberada en cualquier ambiente por ser un híbrido –que no debe reproducirse– y señalaron que ellos ya tienen planes de trasladar al animal a otro centro de fauna.
Sandra “nunca fue extraída de la naturaleza, al contrario, ella nació en un zoológico hace casi treinta años en Alemania”, según contó Adrián Sestelo, jefe de Biología del zoo porteño.
“Si se pide un hábeas corpus, no se puede pedir que se la derive a un santuario porque seguiría estando en condiciones de cautividad”, dijo el científico.
Frente a esto y con el argumento de que el primate se encuentra “deprimido” y “privado ilegalmente de su libertad”, los abogados piden que se entienda la situación de un animal que es un “96, 97 por ciento” similar al humano y vive rodeado de la contaminación de la ciudad.
“Decir que un animal está deprimido es hablar de una conducta humana transferida a una especie silvestre; lo que hay que hacer es conocer del animal, conocer de la biología básica de cada una de estas especies”, discrepó el biólogo con el argumento de AFADA. En tanto, los letrados continuarán con el proceso judicial.
Sin embargo, el concepto de “libertad” que utilizan los denunciantes, quienes pretenden que Sandra viaje a un santuario brasileño para relacionarse con miembros de su especie, no es el mismo que sus cuidadores esperan para la orangután.
“Los orangutanes son distintos a otros tipos de simios porque naturalmente viven solos, no viven en grandes manadas, no viven en pareja; solamente se emparejan en época reproductiva machos y hembras para tener crías”, afirmó Sestelo.
A pesar de esto, los abogados se mostraron optimistas con el futuro del caso.
“Esto es un fallo que resuelve un caso concreto pero que va a tener un efecto expansivo a nivel nacional e internacional”, dijo Gil Domínguez.