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“Está en estudio una desgravación integral de la cesta básica”, que primero implicará una revisión de los productos que la integran, declaró la Jefa de Estado en una entrevista con radios del estado de Paraná.
Sobre la política de desgravación que se aplica ya a diversos sectores, como los automóviles y la línea blanca, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo ayer en un foro empresarial celebrado en São Paulo que la intención del Gobierno es mantenerla e incluso profundizarla.
Mantega hizo un repaso de diversas medidas adoptadas para reducir “los costos financieros y de energía”, y aseguró que el Ejecutivo se propone para este año “una mayor reducción de costos tributarios”.
Según el ministro, “Brasil está en una cruzada para reducir los costos” de producción, a fin de abaratar la vida de sus ciudadanos y dotar a las exportaciones de una mayor competitividad.
Rousseff informó que en 2012 los paquetes de exenciones fiscales se transformaron en una reducción de impuestos por 46.000 millones de reales (unos 23.000 millones de dólares).
“Para 2013, la previsión de desgravación es de 53.000 millones”, equivalentes a unos 26.500 millones de dólares, afirmó.
Rousseff ratificó que una de las metas que se ha trazado para este año es “reducir la tasa de inflación”, que el año pasado cerró en 5,48% y que, según cálculos del sector privado, puede ser un poco mayor durante 2013, aunque el Gobierno trabaja con una previsión del 5%.
La canasta básica en Brasil está formada por carne, leche, fríjol, arroz, harina, papa, tomate, pan, café, banana, azúcar, aceite y manteca, productos cuyos precios subieron una media del 10% en 2012, según cálculos de organismos sindicales independientes.
Rousseff no precisó en qué forma hará la revisión de los productos, pero sostuvo que la lista actual está “desfasada” con la realidad del país, por lo que es necesaria una “adaptación”.
La Presidenta brasileña afirmó que la política de desgravación por sectores que su gobierno lleva adelante desde hace dos años, junto con la tendencia a la baja de las tasas de interés, garantizará el crecimiento de la economía nacional, que se prevé será “más lento” debido a que “el mercado internacional aún no se recupera” de la crisis global, según señaló.
El Gobierno calcula que la economía brasileña, que cerró 2012 con una expansión menor al 1%, crecerá este año en torno al 4%, mientras el sector privado estima que el crecimiento será del 3,10%.