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“La ayuda estadounidense es totalmente defensiva y, como siempre hemos dicho, Ucrania es un país soberano y tiene derecho a defenderse”, afirmó Nauert.
La portavoz dijo que este armamento también tiene como objeto “disuadir futuras agresiones”.
El Gobierno de Kiev combate desde 2014 a los separatistas prorrusos, en sus provincias orientales de Donetsk y Lugansk, una región conocida como el Donbáss, en un conflicto en el que han muerto más de 10.000 personas.
Las potencias occidentales han acusado a Moscú de proveer ayuda militar a los separatistas de Donetsk y Lugansk, pero el Gobierno de Vladimir Putin lo niega.
Rusia participó en la separación de la región de Crimea, que estaba en Ucrania, y se unió a Rusia.
El gobierno ruso reaccionó duramente, declarando que se desataría un “baño de sangre” en Ucrania por la decisión de Estados Unidos de suministrar ayuda militar a Ucrania.
Esta determinación es “peligrosa” y amenaza con dinamitar el proceso de paz en el país, dijo la cancillería rusa. “Hoy, Estados Unidos conduce (a las autoridades ucranianas) hacia un nuevo baño de sangre”, declaró en un comunicado el viceministro de Relaciones Exteriores Serguei Ryabkov.