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LA HABANA (AFP). Cuba exigirá “respeto” a los artistas emigrados que alguna vez emitieron juicios políticos críticos y ahora visitan o regresan al país al calor de las reformas migratorias, señaló la revista cultural estatal La Jiribilla.
“Algunos de los que retornan, en su momento, emitieron juicios políticos en ‘escenarios hostiles’ e hirieron la sensibilidad de muchos que aquí los apreciaban. Y esos muchos tienen memoria”, dijo el semanario en su edición digital (lajiribilla.cu).
Admitió que en Cuba “ha habido listas negras, estigmas e interdicciones (de los emigrados) que nos privaron de una comprensión integral del cuerpo de la cultura cubana”.
El 14 de enero de este año, el Gobierno de Raúl Castro flexibilizó la política migratoria, eliminando pesados requisitos de salida y entrada al país.
Desde entonces y hasta el 30 de noviembre, más de 184.000 cubanos han salido a otros países, según cifras oficiales.
También 472.000 emigrados visitaron la isla, entre ellos varios artistas, que en su momento fueron considerados “desertores” y retirados de las transmisiones radiales y televisivas.
En el recién concluido Festival de Cine de La Habana, el actor emigrado Reynaldo Miravalles recibió personalmente en La Habana un Coral (Premio) de Honor, por su larga trayectoria artística, mientras que los músicos Issac Delgado, Manolín, “el Médico de la Salsa” y Tanya Rodríguez viajaron a Cuba durante este año y participaron en presentaciones.
En el otro sentido, desde Cuba a Estados Unidos, la lista de artistas que viajaron en 2013 es nutrida.
La Jiribilla prevé que tras las reformas migratorias se “harán cada vez más frecuentes y normales las idas y venidas, los viajes y regresos, de los artistas de la isla, y por supuesto, la reinserción en la vida cultural de quienes así lo deseen”.
El Parlamento cubano, solo integrado por miembros del partido Comunista, en el gobierno, aprobó ayer el nuevo Código del Trabajo, que modifica el documento existente, vigente desde hace 30 años y que solo contemplaba al Estado como empleador.
El nuevo Código incluye las relaciones laborales en las pequeñas empresas privadas y cooperativas surgidas al calor de las reformas económicas liberales emprendidas para “actualizar” el modelo económico comunista que ha empobrecido a al isla.