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Nathan Copeland quedó cuadripléjico (parálisis en las cuatro extremidades) hace 12 años en un accidente de tránsito.
Con el implante, puede ahora sentir sus dedos.
El brazo robótico envía señales a las áreas del cerebro donde el joven solía experimentar las sensaciones del tacto de sus manos y dedos.
El resultado más importante de este estudio es que la microestimulación de la corteza sensorial puede provocar una sensación natural en lugar de cosquilleo, aunque se necesita aún mucha investigación para entender mejor los patrones de estimulación que se necesitan para ayudar a que los pacientes hagan mejores movimientos.