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KIEV (EFE). Con ayuda de fuerzas rusas, según las autoridades ucranianas, los milicianos han logrado avanzar hacia la ciudad de Mariúpol, la sede del gobierno local leal a Kiev y el principal puerto en el mar de Azov.
Los rebeldes informaron de que habían logrado cercar la ciudad, pero tanto el mando militar ucraniano como los observadores de la OSCE que llegaron esta semana a la zona lo han negado rotundamente.
Aún así, las fuerzas militares ucranianas se han afanado durante los últimos dos días en reforzar la defensa de la ciudad, donde miles de personas se manifestaron en contra de los insurgentes, según la prensa local.
A su vez, los separatistas aseguran que algunos de sus destacamentos han llegado al mar de Azov, por lo que se han hecho con el control de gran parte del territorio costero limítrofe con la Federación Rusa.
Por otra parte, los milicianos se han mostrado dispuestos a atender la petición del presidente ruso, Vladímir Putin, que les llamó en la madrugada del viernes a abrir el cerco en torno a los soldados ucranianos en Donetsk.
Según ciertas fuentes, varios miles de soldados ucranianos estarían rodeados en la localidad de Ilovaisk por los milicianos, que estarían dispuestos a abrir un corredor humanitario, pero siempre que sus enemigos entreguen las armas. Por el momento, continúan las negociaciones entre ambos bandos, ya que Kiev no parece dispuesto a entregar el armamento a los rebeldes, algo que Putin calificó el viernes de “error colosal” que causará “un gran número de víctimas”.
Por el momento, solo una treintena de voluntarios aceptaron el ofrecimiento y abandonaron posiciones no sin antes deponer sus armas, según fuentes.
Según el mando militar ucraniano, los rusos han bombardeado el aeródromo de Lugansk desde lanzaderas de bocas múltiples de misiles Grad (Granizo) y también han arrasado la localidad de Novosvetlovsk.