Cargando...
HAMBURGO (ANSA, AFP). Los dos hombres fuertes que conducen dos países que siempre han sido enemigos, Trump y Putin, se reunieron por más de dos horas en el marco del G20, donde se vio la “buena química” entre ambos, según declaró el canciller estadounidense Rex Tillerson, testigo del encuentro privado.
Y, fieles a sus personajes mostraron los músculos en más de una ocasión.
El punto más duro, lo que Tillerson en lenguaje diplomático definió como “vigoroso”, fue sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de EE.UU.
Tema que Trump quiso abordar de manera hosca e inmediata, apenas los dos líderes se reunieron en privado tras estrechar sus manos ante los fotógrafos: “Estoy feliz de conocerte, espero que la reunión produzca resultados positivos” le dijo Putin en ese momento.
“Había tantas cuestiones sobre la mesa... Trataron de todo (...) Ninguno de los dos quería parar”, aseguró.
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, confirmó que Trump “aceptó” las explicaciones de Putin “de que no eran verdad (las acusaciones) y de que las autoridades rusas no intervinieron (en esas elecciones), y aceptó esas declaraciones”.
Una vez superado el obstáculo principal que muchos suponían que ambos habrían preferido eludir, Trump y Putin pasaron a otros expedientes.
Temas como Ucrania (Estados Unidos eligió “un representante especial” para la solución de la crisis) Corea del Norte, o la lucha contra el terrorismo.
El punto principal fue Siria, dando una indicación concreta de los resultados que pueden lograr juntos: acordando un nuevo ambicioso cese del fuego en el suroeste de Siria.
Resta por ver si esta vez la tregua se mantendrá, y que de esta manera lleguen las ayudas humanitarias que tanto se necesitan.