“¿Quién soy yo para juzgar a los gays?”, declara el papa Francisco

El Papa afirmó que no condena a los homosexuales y que deben ser integrados en la sociedad, pero dijo que es contrario a todos los “lobby” (grupos de presión), incluido el gay. En el viaje de vuelta a Roma, habló distendidamente con los periodistas sobre diversos temas, desde el caso Vatileaks hasta cuestiones personales.

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CIUDAD DEL VATICANO (EFE, AFP, ANSA, Reuters). Francisco manifestó ante la prensa: “Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”.

Recalcó que “el catecismo de la Iglesia Católica explica de forma muy bella” el tema de la homosexualidad. “Dice que no se deben marginar”.

“El problema no es tener esa tendencia, sino de constituir un lobby (un grupo de presión). Ese es el asunto más grave para mí”, agregó el Papa al responder a una pregunta sobre las denuncias de un lobby gay en el Vaticano que conspira para acceder a cargos de poder.

Declaraciones

En una inédita rueda de prensa a bordo del vuelo papal, el pontífice respondió con franqueza a los numerosos temas sometidos, desde el escándalo de Vatileaks hasta la reforma de la Curia y el eventual cierre del controvertido banco del Vaticano.

Sobre la reforma de la Curia romana aseguró que no ha notado “resistencia” dentro del Vaticano.

El Papa se refirió a la reforma del Instituto para las Obras de Religión (IOR, conocido como el banco Vaticano), envuelto en escándalos de supuesto blanqueo de dinero.

Al referirse al acceso al sacramento de la comunión para las personas divorciadas, dijo que es un problema que se debe estudiar. “Los divorciados pueden tomar la comunión sin problemas. Cuando se han casado de nuevo no pueden comulgar”, recordó.

El papa también fue preguntado sobre sus relaciones con Benedicto XVI, al que dijo que quiere mucho. “Es un hombre de Dios, humilde”, y que cuando renunció al pontificado “fue un ejemplo de grandeza”, porque “solo un grande es capaz de eso”.

“Es como tener al abuelo en casa, pero el abuelo sabio. En una familia, el abuelo está en casa, es venerado, es amado, es escuchado. Él es un hombre de una prudencia... No se mete”, reconoció.

Sobre el caso de fuga de información del Vaticano, conocido como Vatileaks, declaró: “Les voy a contar una anécdota sobre el informe Vatileaks”, dijo en un momento el Papa.

“Cuando fui a ver al papa Benedicto, después de rezar en la capilla nos reunimos en el estudio y había una caja grande y un sobre. Benedicto me dijo: ‘en esta caja grande están todas las declaraciones que han prestado los testigos. Y el resumen y las conclusiones finales están en este sobre. Y aquí se dice tal, tal, tal...’ Lo tenía todo en la cabeza”, relató el pontífice.

Acerca de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, dijo que no será el 8 de diciembre próximo y que las fechas que se barajan son el 24 de noviembre o el 27 de abril de 2014.

Reconoció haberse expuesto a riesgos cuando circuló con un vehículo abierto por las avenidas de Río de Janeiro, pero aseguró no tener miedo porque considera que está en “manos de Dios” y “nadie muere en la víspera”.

El vehículo donde estaba Francisco fue bloqueado por una multitud de fieles ante la impotencia de los guardaespaldas; y la vida del visitante quedó objetivamente en riesgo por largos minutos, antes de que la situación fuera superada.

“Yo no tengo miedo, soy inconsciente, no tengo miedo, sé que nadie se muere en la víspera. Cuando me toque lo que Dios permita, será. (Aunque) tampoco pretendo ser un enfant terrible”, declaró.

Francisco explicó también, en alusión a una foto suya llevando un maletín negro, donde lleva sus enseres personales, como “cualquier persona normal”.

“No llevo la llave de la bomba atómica”, agregó entre risas, en alusión al maletín que acompaña siempre al presidente de los EE.UU. con el sistema para la autorización de un ataque nuclear.
Reveló que en el maletín lleva la maquinilla de afeitar, el breviario, la agenda y un libro para leer.

Contó que se siente bien en el Vaticano, pero reconoció que en algunos momentos se siente “enjaulado”.

“¡Cuántas veces me ha dado gana de salir por las calles de Roma!”, exclamó.

“Porque a mí me gusta andar por las calles, me gustaba tanto y en ese sentido me siento un poco enjaulado. Pero debo decir que los de la Gendarmería vaticana son buenos, son realmente buenos y yo les estoy agradecido. Ahora me dejan hacer unas cuantas cosas más, pero es su deber garantizar la seguridad. Enjaulado en ese sentido”, manifestó.

Francisco dejó la impresión de ser una persona fuerte, pero ubicada humildemente en su rol, un hombre de gobierno dotado de una enorme energía y una grandísima humanidad.

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