Presidente investigado por tráfico de influencias

SAN JOSÉ (AFP). Una comisión legislativa que investigó por posible tráfico de influencias para la importación de cemento chino, acusó al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, de faltar al deber de probidad, al supuestamente presionar para agilizar el ingreso del cemento al país y flexibilizar requisitos para que políticos acceden a créditos de bancos públicos.

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La comisión solicitó a la Procuraduría de la Ética evaluar el comportamiento del mandatario.

El caso, conocido como “cementazo”, tiene que ver con una presunta red de tráfico de influencias que involucra a diputados, funcionarios judiciales, del Poder Ejecutivo y bancarios, para facilitar millonarios créditos a un empresario y flexibilizar los requisitos para la importación de cemento.

Las críticas al gobernante fueron incluidas en el informe final de la comisión que investigó la concesión de créditos por más de US$ 30 millones de bancos públicos para importar cemento chino, un caso que expuso irregularidades en los tres poderes del Estado. 

El presidente Solís refutó los señalamientos y afirmó que “nunca he instruido a funcionario alguno para que viole algún ordenamiento jurídico o interceda ante una empresa o persona en especial. Quien diga lo contrario, falta a la verdad”.

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