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El prolífico autor de la “Ciudad de los prodigios” resultó ganador por mayoría, por su literatura “llena de sutilezas e ironía”, señaló el ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, al anunciar el ganador del galardón.
Mendoza está considerado ya un clásico moderno, elegante y cosmopolita.
El Premio Cervantes, considerado como el Nobel de las letras hispanas, creado en 1975 y dotado con 125.000 euros (US$ 133.000), vuelve de nuevo a España, tras haber sido entregado al novelista mexicano Fernando del Paso en el 2015.
De tradición cervantina, Eduardo, nacido en Barcelona, en 1943, licenciado en Derecho y escritor, cree que este tipo de premios sirven para “hacer balance“. “Llega un momento en el que por razones biológicas y personales uno ha de pensar en retirarse. Quizás tendría que hacerlo, ahora que he ganado la Champions”, bromeó.
Admirador de Cervantes y Pío Baroja, este escritor tímido, de pelo y bigote canosos, incursionó también en la prensa con columnas de opinión en “El País”, donde también publicó una historia por entregas sobre un extraterrestre en la Barcelona previa a los Juegos Olímpicos de 1992, que luego recogió en el libro “Sin noticias de Gurb” .
Mendoza, de 73 años, que ha publicado 15 novelas, dos libros de relatos, ensayos y obras de teatro, ha ganado, entre otros, el Premio de la Crítica por “La verdad sobre el caso Savolta” y el Planeta por la novela “Riña de gatos. Madrid 1936”.
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