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Trece nuevos allanamientos fueron realizados ayer en Bruselas y en el norte de Bélgica, y cuatro personas quedaron detenidas provisionalmente, según la fiscalía, que no precisó si esas operaciones estaban relacionadas con los atentados más sangrientos desde 1945.
Entretanto, en la Plaza de la Bourse, donde se concentraron los belgas que rindieron homenaje a los muertos y heridos, irrumpieron decenas de manifestantes de ultraderecha vestidos de negro.
Vigilados al principio de lejos por las fuerzas antidisturbios, los manifestantes repitieron varios eslóganes contra el grupo yihadista Estado Islámico, que reivindicó los atentados.
La manifestación perturbó el recogimiento de decenas de personas que, desde el martes, rinden homenaje, en silencio o con canciones, a las 28 personas muertas en los ataques yihadistas. La tensión era palpable entre los dos grupos.
“Cómplices terroristas, cómplices terroristas”, les gritaron a los manifestantes pacíficos instalados en las escaleras de la plaza de la Bolsa. “El fascismo no pasará”, respondían estos.
La policía utilizó sus camiones lanzaagua contra los manifestantes y luego detuvo a una decena de ellos.
Más tarde, los manifestantes se dispersaron y se dirigieron en pequeños grupos a la estación del Norte. “Estado, cómplice de Dáesh (acrónimo árabe del EI)”, gritaron algunos a la policía y a los militares.
De las 28 víctimas y 3 kamikazes, 24 ya fueron identificadas, 14 en el aeropuerto y diez en la estación de metro Maalbeek.