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SÃO PAULO (AFP).La huelga parcial e ilimitada del metro afecta desde el jueves a millones de personas y ha provocado caos en el tránsito y embotellamientos récord para las horas de la mañana, colocando bajo presión a las autoridades en esta ciudad que acogerá el 12 de junio el partido inaugural del Mundial.
El metro es uno de los principales medios para llegar al estadio mundialista Arena Corinthians. Es utilizado por 4,5 millones de personas diariamente.
Los enfrentamientos entre huelguistas y policías tuvieron lugar en la estación Ana Rosa. “A las 7 AM estaba cerrada y muchos usuarios querían ingresar. Se formó un tumulto con los huelguistas y los usuarios y la policía tuvo que intervenir y lanzar gases”, dijo un portavoz de la policía de Sao Paulo.
La televisión Globo mostró imágenes de huelguistas tomados de los brazos formando un escudo humano, que se negaban a dispersarse hasta que fueron apaleados por policías.
Fuera de la estación donde se produjeron los enfrentamientos, Vanesa Pereira, una empleada de una tienda de 42 años, debió hacer una fila interminable para poder tomar un bus.
“Hoy me demoré dos horas en un viaje que normalmente no toma más de 40 minutos. Y ahora no sé cuánto más me voy a demorar aquí”, dijo resignada.
Tres de las cinco líneas del metro de esta megalópolis de 20 millones de habitantes operan solo parcialmente desde el jueves.
La huelga ilimitada en reclamo de mejores salarios ha provocado embotellamientos récord para las horas de la mañana en ambos días –de 251 km de largo este viernes, el mayor en lo que va del año–, agravados además por la lluvia intensa que cae sobre São Paulo.
Unos tres mil integrantes de la central sindical Força Sindical, una de las principales de Brasil, bloquearon asimismo el tráfico en una gran avenida céntrica en la mañana del viernes, al marchar hasta el Banco Central en São Paulo.
El sindicato se opone a la política económica del gobierno “que privilegia el capital financiero” y protesta por el alza de la inflación.
“Nuestro problema no es con la selección (brasileña), vamos a hinchar por ella. Pero el 5 de octubre vamos a mandar a Dilma al infierno”, dijo el líder sindical Paulo Pereira da Silva en su arenga a los manifestantes, en referencia a la presidenta Dilma Rousseff que se juega la reelección en unos cuatro meses más y que parte como favorita, aunque su popularidad no es tan alta.