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El empresario de 47 años está detenido desde hace casi nueve meses y presidió hasta diciembre pasado la constructora que lleva su apellido, además de ser uno de los más encumbrados hombres de negocios involucrados en el escándalo que desvió, como mínimo, más de 2.000 millones de dólares de la petrolera, informan las agencias medios brasileños.
Según la condena, los pagos ilegales hechos por la compañía a funcionarios de Petrobras sumaron 108,8 millones de reales (unos 28,7 millones de dólares) más otros 35 millones de dólares.
Marcelo Odebrecht fue condenado por haber cometido 11 veces el delito de corrupción activa y 50 veces el de lavado de dinero.
En la misma sentencia, la cuarta en número de personas juzgadas dentro del proceso, fueron asimismo condenados otros ejecutivos de Odebrecht: Marcio Faría da Silva (19 años y 4 meses), Rogerio Santos de Araújo (19 años y 4 meses), César Ramos Rocha (9 años y 10 meses) y Alexandrino de Salles Ramos de Alencar (15 años y 7 meses).
Igualmente, la Justicia consideró culpables de recibir los sobornos a los exdirectores de la petrolera estatal Renato Duque (20 años), Pedro Barusco y Paulo Roberto Costa y al empresario Youssef por intermediar.
Hasta ahora, la Justicia ha condenado en primera instancia a 70 personas en un total de 17 sentencias.
La constructora Odebrecht, en particular, es investigada por conseguir de manera irregular licitaciones de contratos que suman 12.600 millones de reales (unos 3.321 millones de dólares).
Odebrecht es uno de los mayores conglomerados empresariales de ingeniería de América Latina, con presencia en 23 países y que antes de que eclosionara el escándalo facturaba cerca de 40.000 millones de dólares anuales.
Delación premiada
Una de las principales fuentes de la investigación constituye la llamada “delación premiada” que posibilita a los acusados buscar la reducción de sus condenas si facilitan información importante sobre el megaesquema que se investiga.
Los sitios de noticias de los principales diarios brasileños O Globo, Valor Económico y Folha de San Pablo publicaron ayer que Marcelo Odebrecht y el titular de la constructora OAS, Leo Pinheiro, iniciaron conversaciones con los fiscales de la causa “Lava Jato”, para negociar una posible “delación premiada”.
Leo Pinheiro, jefe de la empresa constructora OAS, fue condenado el año pasado a 16 años de prisión. Por su lado, directivos de la otra gran empresa involucrada, Camargo Correa, fueron condenados a 15 años de prisión.
“El acuerdo de colaboración de Odebrecht y Pinheiro está pactado entre ambos empresarios” y los fiscales, dijo una fuente cercana a la investigación, escribió O Globo.
Élite del poder
La sentencia es el último desenlace de una megacausa que salpica a la élite empresarial y política de Brasil, como el poderoso expresidente Lula da Silva, investigado por haber recibido, al menos, unos 8 millones de dólares en coimas de empresas como la de Odebrecht, involucradas en el megaesquema de corrupción.
Odebrecht es uno de los mayores conglomerados empresariales de ingeniería de América Latina, con presencia en 23 países y que antes de que eclosionara el escándalo facturaba cerca de 40.000 millones de dólares anuales.
Los abogados de la firma calificaron la sentencia como “injusta” y aseguraron que batallarán por la “libertad e inocencia” del empresario en instancias superiores.
Poder político
La trama revelada por la denominada “Operación Lava Jato” (“Lavado a chorro”, que alude a los lavaderos de autos, donde se hicieron los primeros descubrimientos sobre el desvío del dinero sobrefacturado en Petrobras) echó luz sobre un esquema en el que grandes constructoras sobornaban a directivos de Petrobras, apadrinados por partidos políticos del oficialismo, con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), a la cabeza.
Se averiguó que los sobreprecios eran luego distribuidos entre los involucrados y distintas fuerzas políticas.
Se investiga, incluso, si no se utilizó dinero de esas coimas para la campaña de reelección de Lula y para las de la actual mandataria, reelecta, Dilma Rousseff.
La procuraduría de la República define el caso como un sistema de desvío de dinero que “beneficiaba a empresas que se enriquecían a costa del Estado, directivos de Petrobras que vendían favores, lavadores profesionales de dinero que pagaban sobornos y políticos y partidos que sustentaban a los directivos de Petrobras y a cambio recibían la mayor parte de los sobornos, que los enriquecían y financiaban sus campañas”.
Poderosos caídos
Además de Odebrecht, la causa llevó a la detención de directivos de otras grandes constructoras como “Camargo Correa” y “Andrade Gutierrez”, o de José Dirceu, el exjefe de gabinete de Lula da Silva, así como el extesorero del PT, João Vaccari, y otros altos directivos de ese partido y numerosos políticos aliados.
Recientemente, la Policía capturó a João Santana, publicista de campañas presidenciales del PT, por el mismo escándalo.
Y la semana pasada, la Policía llevó a declarar a Lula en el marco de una investigación sobre eventuales delitos de corrupción, que según la investigación fiscal, evidenció sospechas de que “constructoras beneficiadas del esquema de Petrobras” pagaron abultadas cifras al Instituto Lula y a LILS Palestras, una firma del expresidente.
Los nombres de Lula y de Odebrecht ya había sido ligados el año pasado, cuando se abrió una pesquisa para dilucidar si Lula había usado su influencia en el exterior para beneficiar a la empresa de ingeniería.
Según cálculos de la Fiscalía, el monto total que los acusados deberían pagar como resarcimiento por el daño al pueblo brasileño, asciende a 14.500 millones de reales (unos 3.825 millones de dólares).