Plan público-privado de Dilma

BRASILIA (EFE). La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció ayer un nuevo plan de infraestructura por 198.400 millones de reales (unos 64.000 millones de dólares), con el que busca seducir a la inversión privada y recuperar a la maltrecha economía del país.

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El nuevo plan, el cuarto que Brasil anuncia en infraestructuras en la última década, abarca obras en los sectores de ferrocarriles, carreteras, puertos y aeropuertos, que serán ofrecidas en concesión al sector privado nacional y extranjero con una financiación de la banca pública que, según el proyecto, variará entre el 70 y 90%.

El resto de la financiación provendrá de la banca privada y del mercado de capitales, los cuales encontrarán “un estímulo” en la “seriedad” del país y en la “seguridad jurídica” que ofrece, afirmó Rousseff.

Rousseff busca que este plan tenga “efectos inmediatos en toda la economía y en la calidad de vida de toda la sociedad” como factor generador de puestos de trabajo, en momentos en que el desempleo llega al 8%.

El programa fue presentado en medio de una fuerte desaceleración de la economía nacional, que según todas las previsiones del Gobierno y del sector privado se contraerá al menos un 1,2% este año.

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