Piden prisión y multa para expresidenta

La Fiscalía de Corea del Sur pidió condenar con 30 años de cárcel y multa de US$ 110 millones a la expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, quien está procesada por tráfico de influencias, soborno, abuso de poder y coerción en el caso conocido como “Rasputina”, y que sacudió a la élite empresarial y política del país.

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SEÚL (Reuters, AFP). La expresidenta, de 66 años, fue destituida por el parlamento surcoreano en diciembre de 2016 y definitivamente separada del cargo por la Corte Constitucional, que confirmó la decisión parlamentaria, en marzo de 2017. 

Se encuentra en prisión preventiva desde hace casi un año. 

La fiscalía acusa a Park de haber aceptado, en colusión con su confidente Choi Soon-sil, sobornos o promesas de soborno por parte de los conglomerados industriales surcoreanos Samsung, Lotte y SK, a cambio de favores políticos. 

Park es acusada también de haber obligado a 18 grandes empresas a “donar” miles de dólares a dos fundaciones controladas por Soon-sil. 

Además de pedir 30 años de cárcel, el Ministerio Público solicita aplicarle a Park una multa de 118.500 millones de wons (US$ 110 millones). 

Según la legislación surcoreana, recibir sobornos podría –incluso– llevar al acusado a cadena perpetua. 

Este febrero, un tribunal de Seúl condenó a Choi Soon-il a 20 años de cárcel por abuso de poder, corrupción e injerencia en los asuntos de estado. 

El abogado que representa a la expresidenta suplicó piedad con lágrimas en los ojos ante la Corte del Distrito Central de Seúl y dijo que Park había hecho su máximo esfuerzo por liderar el país “día y noche”. 

Se espera un veredicto el 6 de abril próximo en un caso que ha puesto bajo escrutinio las cómodas relaciones entre los líderes políticos de Corea del Sur y su mayor conglomerado, la llamada “República de Samsung”.

La caída en desgracia de la exmandataria comenzó a mediados de 2016 cuando se reveló que su amiga y confidente Choi Soon-sil, que nunca ocupó ningún cargo oficial, aprovechó su influencia para conseguir que grandes compañías le pagaran millones de dólares.

Park, que pidió disculpas en reiteradas ocasiones y niega haber cometido un delito, es el primer jefe de Estado que Corea del Sur destituye en democracia.

Hija del exdictador Park Chung-hee, se convirtió en la primera presidenta surcoreana cuando fue elegida en 2012, con el mayor número de votos obtenidos por un presidente en democracia. 

Pero su estilo distante y una serie de controversias, más el caso “Rasputina” terminaron por sacarla del poder.

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